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Bruselas fomenta la integración de la Eurozona, pero el BCE permite una situación de salida adelante. Utilización del riesgo de salida del Reino Unido como medida para la Eurozona

Las élites empresariales y financieras del Reino Unido y la Eurozona temen la inestabilidad y son partidarias de la integración de la Eurozona, aunque manteniendo la situación intermedia del Reino Unido y la Unión Europea caracterizada por la no adopción del euro, el pleno acceso al mercado único y el libre movimiento de mano obra y capitales. La exclusión de la Eurozona no es negociable para el Reino Unido dado que los miembros de la Eurozona y Bruselas consideran al Reino Unido como un caso de parasitismo, ya que rechaza las limitaciones fiscales y monetarias de la Eurozona y erosiona la integración de la UE, al tiempo que mantiene el acceso al mercado único. Frente a ello y al cada vez más intenso deseo interno de arrebatar a la ciudad de Londres su condición de centro financiero mundial, el mercado del Reino Unido es uno de los más rentables del mundo, recibiendo el apodo de la Isla del Tesoro por parte de los ejecutivos del continente. Las relaciones entre el Reino Unido y la Eurozona pueden servir para indicar si la integración de la Eurozona es en realidad total o parcial. Por el momento, la intervención verbal del BCE ha reducido la inestabilidad de los mercados, pero sigue siendo necesario vigilar el riesgo de salida del Reino Unido en función de la evolución política tanto en el Reino Unido como en la Eurozona. Una mayor integración tendría como resultado un descenso de las primas de riesgo de equilibrio en los países PIIGS de la Eurozona y, por extensión, un aumento de las primas de riesgo en el Reino Unido. Los movimientos destinados a una mayor integración se reflejarán en mayor medida y con mayor rapidez en los mercados de los países PIIGS que en los del Reino Unido.

Por Arnab Das.

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