A día de hoy, EEUU no es el epicentro de la crisis. El proceso de saneamiento de los balances se encuentra en una fase avanzada en este país, aunque las inciertas condiciones económicas globales provocarán una nueva pérdida de velocidad cuando los inversores y las empresas hagan uso del valor de opción de espera. Esta crisis es más negativa que la del año 2009 en el sentido de que la crisis de la Eurozona no se trata únicamente de un apalancamiento y riesgo de insolvencia excesivos en el sector privado, sino también de un apalancamiento y riesgo de insolvencia excesivos en el sector público, así como de una crisis de la política, la soberanía y las instituciones. Los problemas de solvencia de la Eurozona pueden ser incluso más serios que los planteados por la crisis de los balances en EEUU, debido a la relación entre el sector público y el financiero. No estoy seguro de que haya nadie capaz de prever en toda su magnitud las consecuencias de un resultado desordenado en uno de los grandes países de la periferia de la Eurozona, las cuales podrían ser mucho peores que las provocadas por los errores políticos estadounidenses del año 2008.
Por Christian Menegatti.