Los partidos políticos estadounidenses están más divididos ideológicamente que nunca, sin que actualmente exista ninguna coincidencia entre el senador demócrata más conservador y el senador republicano más liberal, mientras que las perspectivas para el próximo Congreso son aún peores debido a la salida de los miembros moderados de ambos partidos. Los republicanos han distorsionado las reglas del Senado para hacer que el requisito de hecho para la aprobación de la mayoría de los proyectos de ley sea de 60 votos. Esto se puede observar en el número de mociones de cierre del debate presentadas (intentos de cortar el debate para que se pueda realizar una votación), las cuales han aumentado desde el año 2007 cuando los republicanos se convirtieron en el partido minoritario en el Senado. Por último, una ingenua campaña contra las asignaciones específicas de fondos ha dejado a los políticos sin una herramienta clave para las alianzas políticas, dificultando la obtención de una mayoría lo suficientemente grande como para superar una maniobra obstruccionista.
Por Adam Wolfe.