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El 'precipicio fiscal', la gran amenaza para la economía de EEUU

  • Los analistas discrepan sobre las consecuencias para la bolsa

'Precipicio fiscal' es un término que escucharemos muy a menudo desde ahora hasta finales de año. Entonces será cuando desaparezcan medio billón de dólares de rebajas fiscales y estímulos de gasto, lo que posiblemente arrastre a la economía norteamericana en el abismo de otra recesión. No obstante, ese es el peor escenario.

Un escenario más probable, según los que han estudiado este asunto con detenimiento, es que los políticos de Washington encuentren una manera de ampliar muchos de los beneficios en cuestión antes de que se produzcan las subidas de impuestos y los recortes de gasto automáticos que pueden abortar la vacilante recuperación actual.

Los políticos de todo el mundo lo hicieron en la crisis financiera de 2008, el lío del presupuesto de EEUU para 2011 y durante todo el desastre de la deuda soberana europea. Para el precipicio fiscal hay cuatro temas principales en cuestión: la expiración de las rebajas fiscales de Bush; el final de las vacaciones fiscales del 2% sobre las nóminas; la compensación ampliada por desempleo también se termina; y los recortes de gasto obligados por la Ley de Control Presupuestario no logran alcanzar los objetivos de reducción de déficit del 'Supercomité'.

Como hemos dicho, el daño puede alcanzar 500.000 millones de dólares, el 3,8% del PIB, en un momento en que la economía lucha para crecer un 2%. Aunque asusta bastante en la superficie, en la práctica es improbable que nadie en Washington esté contento de sentarse y permitir que otra fuerte recesión golpee al país.

"No creemos en un escenario del fin del mundo; no es probable que los políticos tiren a la economía por el precipicio fiscal", según el economista de JP Morgan Michael Feroli. "No obstante, la política fiscal seguirá pesando en la economía el próximo año. Pero si los mercados contemplan los escenarios del fin del mundo, el resultado final puede ser una oportunidad de compra", añade.

"Anticipamos que el mercado mostrará una reacción escasa al drama político que se desarrolla alrededor del precipicio fiscal en EEUU", según Thomas J. Lee, estratega jefe de mercados de JP Morgan. "El precipicio fiscal es enorme, pero hay suficiente base común para esperar que se retrasará", indica. En otras palabras, los políticos se embarcarán pronto en otra ronda de su deporte favorito: dar una patada adelante a los problemas tan lejos como sea posible.

"En 2012, el precipicio fiscal tiene enormes consecuencias económicas, pero no es probable que provoque una crisis fiscal", a juicio de Lee. "Por supuesto, esperamos algún tipo de patada a seguir, pero aunque se produzca en la última semana de diciembre, esperamos que los mercados se sientan cómodos con la idea de que no estamos en una crisis financiera como la de 2011", apunta.

Otros expertos son un poco menos optimistas sobre el resultado, aunque la creencia del consenso sea que EEUU no se va a despeñar por el precipicio fiscal. "Si los políticos siguen nerviosos, los inversores verán el precipicio fiscal como una gran amenaza económica y política para el crecimiento, una que puede garantizar una prima de riesgo más alta en la valoración de la bolsa, los bonos de alta rentabilidad y otros activos de riesgo", según Mohamed El-Erian, de la gestora Pimco.

James Paulsen, estratega jefe de Wells Capital Management, afirma que sea lo que sea que salga de las negociaciones en Washington, los inversores deben contar con menos estímulos del Gobierno. "Ya estamos experimentando el precipicio fiscal, en pequeñas formas que nos recortan día a día", a juicio de Paulsen, que aboga no sólo por comprar en los recortes sino también por vender en los rebotes en lo que espera que sea un entorno volátil en el que el S&P 500 terminará el año en 1.500 puntos pese a las turbulencias.

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