El descenso del 9,4% intermensual en las ventas de viviendas de nueva construcción del mes de marzo parece corroborar nuestra previsión de que el mercado australiano de la vivienda todavía no ha tocado fondo debido a la debilidad del mercado laboral y a una política monetaria excesivamente estricta que ha mantenido unos elevados costes de financiación de las entidades crediticias. Nos preocupa especialmente el sector de la vivienda debido a los vientos contrarios que soplan para el crecimiento de las rentas en los sectores no mineros; un mercado de la vivienda débil agravaría el tedio del consumo interno y produciría un efecto negativo en la riqueza. Las bajadas del tipo de interés de este trimestre flexibilizarán las condiciones crediticias, pero no se notará el efecto hasta finales de este año, y es posible que el ritmo negativo de los precios cree un ciclo vicioso en el mercado de la vivienda.