Tal como exigían los líderes de la Eurozona, durante el pasado fin de semana el parlamento griego aprobó una nueva propuesta de ley de austeridad, que supone la reducción del salario mínimo, la eliminación de empleos en el sector público, reformas en las pensiones y recortes del gasto en el sector sanitario. Si bien esta legislación hace que Grecia esté más cerca de obtener el paquete de rescate por valor de 130.000 millones de euros necesario para evitar un incumplimiento desordenado de los pagos en marzo, la perspectiva de un agravamiento de las medidas de austeridad enturbió las protestas, con incendios en la ciudad de Atenas. Los líderes de la Eurozona también han exigido a los líderes políticos del país que den su palabra de garantizar el mantenimiento de su compromiso con los objetivos fiscales tras las elecciones de abril.