En enero, el gobierno ruso inyectó nuevo capital en su Fondo de Reserva por primera vez en dos años, que aumentó más del doble pasando de 25.000 millones de dólares estadounidenses a finales de 2011 a 61.400 millones de dólares estadounidenses a 1 de febrero. RGE había anticipado que Rusia podría utilizar su Fondo de Reserva en 2011 y 2012 para financiar el gasto, pero el aumento de los precios del petróleo y de la producción ante los desabastecimientos relacionados con la primavera árabe permitieron al gobierno evitar ese movimiento. El gasto público menor de lo esperado a finales de 2011 y comienzos de 2012 también contribuyó a aumentar el superávit, lo que permitió que hubiera margen para recapitalizar los fondos soberanos rusos.