Existe un realismo sensato entre los responsables políticos y los jefes de las grandes empresas y los bancos, quienes consideran que los mercados desarrollados tienen por delante un largo y duro camino de lento crecimiento (en el mejor de los casos) que se prolongará durante muchos años, y que los mercados emergentes no pueden desvincularse totalmente del malestar de los mercados desarrollados. Estamos en un mundo G0 en el que no existe un liderazgo fuerte y los cambios políticos se implementan lentamente, al tiempo que la mayor parte de los países sigue dando largas al problema. La reducción del desempleo, el fomento del crecimiento inclusivo y la reducción de las desigualdades en el reparto de la renta y la riqueza son las claves para la estabilidad tanto social como política.
Por Nouriel Roubini.
