Las tasas de inflación general y de inflación sin incluir los alimentos superaron ligeramente nuestras expectativas en diciembre, registrando un -0,2% interanual y un -0,1% respectivamente, lo que prolonga su trayectoria descendente. Los precios de la energía y el transporte siguieron siendo las principales fuentes de crecimiento positivo de los precios, mientras que casi todos los demás subíndices, incluidos los alimentos, continuaron mostrando una presión deflacionista. Más allá de los problemas estructurales, la fortaleza del yen está amortiguando los precios de las importaciones al tiempo que debilitando al sector de las exportaciones, mientras que el elevado y creciente coste de los servicios básicos domésticos está siendo perjudicial para la base de los consumidores. Seguimos esperando una deflación subyacente a lo largo del primer semestre de 2012, para pasar luego lentamente a territorio positivo a medida que el gasto en reconstrucción impulse la demanda interior.