Después de una disputa sobre legislación que provocó el final prematuro de las conversaciones preliminares sobre el préstamo de la UE/FMI y que hizo que S&P rebajase la calificación de la deuda soberana a la categoría de basura, el gobierno húngaro continúa insistiendo en su poco ortodoxa combinación de políticas. Este planteamiento de los responsables políticos húngaros, junto con la infundada esperanza de que los prestamistas internacionales acabarían por abandonar sus propuestas, mantendrá en segundo plano las conversaciones preliminares sobre el préstamo del FMI a corto plazo y obligará al banco central a subir su tipo de interés de referencia, salvo que tenga lugar un cambio. El aumento de los costes de financiación y de la percepción de riesgo dificultará que Hungría refinancie la deuda pública próxima al vencimiento el año próximo, lo que obligará al gobierno a elegir entre mantener la "soberanía económica" o sufrir una falta de liquidez que se convertirá en insolvencia.
Por Jelena Vukotic
