El estancamiento del crecimiento y el aumento de las demandas de gasto provocaron el aumento del déficit fiscal de Egipto, lo que dio lugar a varias rebajas de las calificaciones de la deuda soberana, la más reciente de ellas por parte de Moody's el 21 de diciembre. Al explicar la rebaja de la calificación de la deuda pública egipcia de B1 a B2 con perspectiva negativa, Moody's hizo mención a la "actual situación de inestabilidad política", al "deterioro de la posición de la balanza de pagos externa del país" y al "aumento de la presión sobre las finanzas pública egipcias", con falta del suficiente apoyo financiero externo. Las medidas populistas, entre ellas los aumentos salariales, las subidas de las pensiones y nuevas subvenciones a los alimentos y el combustible, han hecho aumentar el presupuesto egipcio en 2011.