En su reunión del 27 de octubre, el Banco de Japón decidió unánimemente mantener invariable el tipo de interés oficial entre el 0,0 y el 0,1%, y amplió el tamaño de su programa de compra de activos en cinco trillones de yenes (65,8 billones de dólares) hasta alcanzar los 20 trillones de yenes. En su declaración sobre la política monetaria, el Banco de Japón señaló que las incertidumbres que se ciernen sobre el mercado financiero mundial, la ralentización del crecimiento global y la fortaleza del yen son los principales factores que enturbian la perspectiva de Japón "por el momento" y que justifican el fortalecimiento de la flexibilidad monetaria.