
Saben cómo llegar, caer bien, ganarse a la gente, obtener resultados, inspirar tranquilidad y transmitir serenidad. Esta podría ser una de las definiciones del arquetipo macho alfa. Seguro que alguna vez ha visto alguno, es más, es posible que alguno de los directivos de la empresa en la que trabaja sea uno de ellos.
Pero, ¿cómo detectarlos? El macho alfa logra que la gente lo vea como un líder por la manera en que comunica, motiva, inspira, explica y transmite los valores de la empresa. Ellos son los auténticos líderes. Sin embargo, todo el potencial que aglutinan en su persona puede volverse contra ellos y, lo que es peor, contra la empresa.
Los autores del libro El síndrome del macho alfa. Canalice toda su energía hacia un liderazgo positivo aseguran que, "inconscientemente", esta actitud ganadora que muestran en el día a día siembra a su paso la destrucción. "Con frecuencia son altamente competitivos, beligerantes e impacientes, son hombres y mujeres de gran empuje, que pueden llevarse por delante a sus colegas y empleados", aseguran los autores, matrimonio y profesores de la Universidad de Harvard.
Cómo manejarlos
A pesar de la continua seguridad que muestran, los directivos bajo el arquetipo de macho alfa pueden quedar atrapados en la creencia de que su punto de vista es el correcto y comenzar a ignorar los consejos de su alrededor, dentro y fuera de la compañía.
Según los autores, las empresas están plagadas de machos alfa que asumen el control y que a priori consiguen resultados asombrosos, pero sólo el día a día y a largo plazo pueden detectarse antes de que sea demasiado tarde.
Kate Ludeman y Eddie Erlandson realizan un análisis en su libro sobre qué motiva a este tipo de directivos y sobre cuál es la mejor manera de manejar el comportamiento macho alfa, que también puede darse en algún compañero del mismo departamento.
A través de ejercicios, listas de verificación, test e incluso autoevaluaciones, cada lector es capaz de reconocer si su comportamiento corresponde a este arquetipo y cómo ponerse manos a la obra para resolver el problema.
Los distintos tipos
Una vez definido si uno trabaja o no bajo este arquetipo, es momento de definir qué tipo de macho alfa representa cada miembro de la plantilla. El comandante alfa es el decidido, autoritario y con una sed insaciable de triunfo. Aunque sabe sacar a flote lo mejor de los demás, le gusta trabajar solo y tiende a la discusión y enfrentamiento continuo para puntos.
El visionario alfa es sumamente ambicioso, de enorme creatividad y voluntad de hierro. Sin embargo, hace caso omiso de la realidad y puede perder el norte incluso llegando a manipular la propia realidad de la compañía.
El estratega alfa dispone de una mente ágil e inquisitiva, es objetivo, analítico y es capaz de ir más allá de lo obvio. En la empresa se comporta como un sabelotodo arrogante además de ser sumamente frío y calculador. El ejecutor alfa es disciplinado y con un ojo aguzado para detectar los problemas pero demasiado crítico por lo que acaba por quemar a los que tiene alrededor.
Ludman y Erlandson apuestan por una solución a medias para que el directivo o empleado pueda conservar su empuje sin dejar que el personaje de macho alfa se apodere de su estilo directivo.