
No existe otro descapotable de porte clásico de su tamaño y prestaciones. Sus cinco metros de largo, el exclusivo interior de cuatro plazas y los 560 CV que laten bajo el capó hacen de esta joya británica un coche irrepetible.
Gran Bretaña es uno de los lugares en los que más descapotables se pueden ver por las carreteras. Y no, el cambio climático no ha conseguido convertir al país en una suerte de sur español; la lluvia sigue siendo la protagonista de la mayoría de las estaciones. Pero, los británicos, con su flema, saben cómo y cuándo se debe utilizar un cabrio. Quintaesencia de este espíritu, el Bentley Continental GTC aguarda paciente la decisión de su dueño.
Se trata de la versión descapotable del GT y se encuentra acorde a las expectativas de quien se compra un Bentley. No hay que ser un experto para darse cuenta de un solo vistazo de que cualquiera querría tener en su garaje un modelo como éste, de carácter deportivo pero con cuatro auténticas plazas.
El sonido de su motor, el bramido perfecto de sus 560 CV al arrancarlo, hacen girar la cabeza al que lo escucha. Su detallado interior, la nobleza de los materiales utilizados y la tecnología puesta a disposición de sus ocupantes (y del motor) lo convierten en un coche soñado por muchos, pero apto para el bolsillo de unos pocos.
Escasa competencia
La exclusividad también le viene dada por la casi nula competencia existente. No se esfuerce: si quiere un descapotable con este tamaño, lujo y prestaciones, la única alternativa al Bentley Continental GTC es el Aston Martin DB9 Volante, cuya presencia y prestaciones, sin embargo, son más propias de un deportivo.
Parece poco apropiado probar un descapotable en pleno invierno, pero teniendo las llaves en la mano, hay que intentarlo. Las bajas temperaturas de esta estación constituyen un handicap que una buena calefacción puede salvar sin problemas.
El único inconveniente insalvable para ir a cielo descubierto es la lluvia o la nieve, para lo que disponemos de una capota de lona; por cierto, otro clásico que sigue porfiando para no claudicar ante la imperante moda de las cubiertas duras y escamoteables. La capota del Bentley tarda 25 segundos en quitarse o ponerse. Lo peor es que, guardada en su sitio, prácticamente no queda espacio para el equipaje en el maletero, lo que no se termina de entender en un automóvil que mide casi cinco metros de largo.
El nuevo auto es una combinación del linaje del Continental y de una personalidad propia, una mezcla única de dinamismo y de la elegancia adicional que se espera en un descapotable. Eso se traduce en un automóvil que posee unas líneas simples y nítidas, no interrumpidas por los cierres y los pliegues que se ven en tantos techos descapotables cuando se pliegan para guardarlos.
Potencia con control
Un recorrido por autopista, carreteras sinuosas, con niebla, lluvia y nieve pusieron a prueba a este vehículo de comportamiento intachable. En ningún momento hizo ningún movimiento extraño, ni siquiera las rarezas que se pueden esperar de una mole con este peso.
Los 560 CV que esconde bajo el capó están perfectamente domados. Parece una cifra exagerada pero no lo es, el peso en bruto de casi tres toneladas los hacen necesarios para que pueda mantener su carácter deportivo. Son diez kilos más que en el cupé, pues la pérdida del techo duro se compensa con los refuerzos incluidos en el chasis para mejorar su rigidez torsional.
Los caballos responden al estímulo sin desbocarse. No hay tirones, pero no deja de notarse su fuerza en ningún momento. Hay que reconocer que este motor, siendo el mismo, parece que vaya más alegre en el Bentley que en el VW Phaeton, de quien también toma otros elementos mecánicos. Acorde con su peso están los frenos, unos discos delanteros de 405 mm y traseros de 335 totalmente inusuales para un automóvil de producción en serie y, además, muy efectivos, pues son capaces de detener el vehículo casi en seco sin brusquedad.
Excelente suspensión
Si confort se define como aquello que nos produce bienestar, queda claro que el Bentley Continental GTC es confortable. Las excelentes suspensiones compensan la carrocería y se puede optar por cuatro tipos diferentes de funcionamiento, que van desde el modo precisamente bautizado como Confort hasta el Deportivo. Este último se activa de forma automática cuando se alcanza una velocidad de 245 km/h; en ese momento, la suspensión baja el coche unos cuantos milímetros para hacerlo más aerodinámico.
El Continental GTC dispone de una caja de cambios automática secuencial de 6 velocidades con levas en el volante, para que el conductor no se preocupe por las marchas. En el modo Piloto de carreras, en cambio, debe emular a los pilotos de Fórmula 1. Con este modelo, Bentley quiere llegar a un público más joven sin perder por ello su identidad. El diseño, elegante y deportivo, creado por Dirk van Braeckel, lo hacen apto para cualquier edad.
Buen equipamiento de serie
En su interior encontramos las últimas novedades tecnológicas: bluetooth, sistema de navegación, asientos regulables eléctrónicamente y con masaje, televisión... Todo ello mezclado con detalles de aspecto retro como los relojes o los tiradores del equipo de ventilación.
También lleva de serie un control de estabilidad desconectable, unos faros de xenón, unos pilotos y luces de frenado de LED, unas llantas de aleación de 19 pulgadas con cinco radios acabadas en el color de la carrocería, un control de presión de los neumáticos, unos cristales laminados en los parabrisas y las ventanillas laterales, un limpiaparabrisas automático y unos espejos exteriores e interiores antideslumbrantes.
Por otro lado, resulta sorprendente el bajo consumo de combustible. La marca da unos datos oficiales de 17,9 litros a los 100 kilómetros en consumo ponderado, pero se pueden alcanzar medias cercanas a los 11 litros. Para ello es necesario mantener un ritmo constante, sin brusquedad y sin poner en juego nuestros escasos 12 puntos.