
Valencia, que en sus más de dos milenios de historia ha visto varias veces como el Turia y el agua cambiaban o borraba su propio trazado, está siendo testigo de como su nombre oficial cambia dos veces en apenas 8 años. El Pleno del Ayuntamiento de la capital valenciana ha aprobado sustituir el nombre de València que era el que figuraba administrativamente desde 2017 por la fórmula bilingüe en valenciano y castellano, con el acento cerrado en la versión en valenciano, es decir Valencia/Valéncia.
Después de que las dos últimas corporaciones se hayan definido a sí mismas como "del cambio", la anterior de izquierdas formada por Compromís y PSPV, y la actual de derechas, con PP y Vox, parece que en lo que ambas están de acuerdo es en que la mejor forma de dejar su impronta es cambiar el nombre de una ciudad que fue fundada como colonia romana con el nombre de Valentia Edetanorum y durante siglos fue conocida por sus habitantes como Balensiya con su propio rey.
El cambio de denominación del municipio de por la versión bilingüe, y la forma "Valéncia", con la grafía del acento cerrado en valenciano, impulsado por la propia alcaldesa María José Catalá, generó un polémico debate político en el Pleno municipal que sirvió para utilizar la lengua como motivo de confrontación pese a la realidad diaria que se vive en las calles de Valencia.
El portavoz del grupo socialista, Borja Sanjuán, lamentó durante su intervención que "el cambio propuesto refleja una subordinación a la cultura española". "Todo empezó cuando Vox lanzó una imagen del nombre de València con el acento cerrado por una bandera de España, y un mensaje claro: la identidad valenciana queda por debajo de la española, sin respeto al dictamen de la Academia Valenciana de la Llengua, institución estatutaria a la que le corresponde resolver las cuestiones lingüísticas"
Borja Sanjuan ha tachado la propuesta de "nacionalista y supremacista, porque cuando la derecha habla de bilingüismo quiere decir jerarquía y de una España sin acentos abiertos pese a que València es valenciana y continuará siendo abierta", ha resaltado.
El concejal de Compromís Pere Fuset ha criticado "el debate suscitado como arma política". "No vamos a caer en la trampa, no vamos a inmiscuirnos en temas de lengua ni generar polémica donde no la hay, y no vamos a aceptar lecciones de quien no defiende el valenciano ni en la Fira de Juliol, una festividad profundamente arraigada a la historia de la ciudad".
Pere Fuset ha realizado una enmienda "in voce". Ha propuesto una modificación del texto inicial "para aprobar que se deje el nombre de la ciudad en valenciano y que sea la Academia Valenciana de la Llengua quien determine la orientación del acento".
La respuesta del equipo de Gobierno
Los dos grupos que conforman el equipo de gobierno se han repartido el tiempo de intervención para defender la propuesta de acuerdo original. En primer lugar, el concejal popular y delegado de Acción Cultura, Patrimonio y Recursos Culturales, José Luis Moreno, ha recordado que "la decisión del equipo de gobierno está respaldada por el estudio técnico de un "reconocido lingüista y académico de la AVL, Abelard Saragossà, que avala el cambio del nombre oficial del municipio, València, por la versión bilingüe, con la grafía del acento cerrado en la forma en valenciano, en coherencia con la pronunciación tradicional y mayoritaria de sus habitantes, así como con los criterios internacionales aplicables en esta materia".
José Luis Moreno ha resaltado que el equipo de gobierno es partidario del bilingüismo "porque es un reflejo de la ciudad, cumple un compromiso con la verdad histórica y defiende la pronunciación real de la población".
Por su parte, en nombre de Vox, José Gosálbez, ha reclamado "respeto y reconocimiento para el español y para el valenciano, para las dos lenguas oficiales, sin catalanismos, y ha defendido el acento cerrado "como aprueban instituciones como el Rat Penat y exige la dignidad del valenciano. "Se acabó el secuestro lingüístico, ha zanjado el edil.
Tras pasar por el Pleno, la tramitación del nombre oficial se someterá a información pública por un plazo de 20 días hábiles, mediante un anuncio en la sede electrónica del Ayuntamiento de Valencia y en el Boletín Oficial de la Provincia de València. Posteriormente, una vez resueltas las alegaciones, el Ayuntamiento procederá a la aprobación definitiva con otro acuerdo plenario que se remitirá al Consell de la Generalitat, que es el órgano al que corresponde determinar los nombres oficiales de los municipios autonómicos.