
Los datos son claros y es una realidad que el coche eléctrico ya está aquí. No solo sobre el papel, también en nuestras carreteras y calles seguro que se han dado cuenta de ello. La transición hacia la movilidad eléctrica está transformando no solo la forma en que nos desplazamos sino también cómo accedemos a los vehículos. En este 2025, los conductores tienen más opciones que nunca para disfrutar de un coche eléctrico, ya sea mediante la compra tradicional o a través de servicios de uso como el renting (alquiler a largo plazo). Ambas alternativas presentan ventajas e inconvenientes y la elección adecuada depende de múltiples factores: desde consideraciones financieras, temporales y, por supuesto, las preferencias personales.
Optar por la compra supone una inversión inicial elevada. El precio de adquisición de un coche eléctrico en 2025 puede oscilar entre los 25.000 y 40.000 euros en modelos estándar. Aunque existen ayudas públicas que luego desarrollamos, sigue siendo necesario disponer de liquidez o financiación. Además, una vez adquirido, el propietario asume todos los costes adicionales.
El renting ofrece una alternativa interesante, sobre todo para quienes priorizan la comodidad y flexibilidad. Se trata de un contrato mensual que incluye casi todos los gastos fijos: seguro a todo riesgo, mantenimiento, asistencia en carretera, impuestos e, incluso, en algunos casos, recarga gratuita en puntos públicos o tarjetas para uso de carga. Un todo en uno con una cuota mensual fija que de media va desde unos 350 a 600 euros al mes, dependiendo del modelo y condiciones del contrato (kilometraje anual, duración, etc.).
¿Se pagan menos impuestos alquilando que comprando? Realmente no, ya que aunque con el renting no pagas impuestos directamente, estos están incluidos en la cuota. En cuanto al pago del seguro, sí, es más cómodo, porque no tienes que buscar aseguradora ni negociar coberturas, o en caso de accidente el renting se encarga de la gestión. Pero, por otro lado, no puedes elegir la aseguradora o personalizar la póliza y por lo tanto no puedes buscar el mejor precio o cobertura en el mercado. Por eso insistimos en que se trata de una decisión muy personal del cliente.
Beneficios fiscales
El gobierno español, adaptándose también a las normas que impone la Unión Europea, ha implementado diversas medidas para fomentar la adopción de vehículos eléctricos. La principal es la deducción en el IRPF. Los particulares que adquieran un coche eléctrico nuevo pueden deducir el 15% del precio de compra en su declaración de la renta, con un límite de 3.000 euros. Recalcar que tiene que ser un coche eléctrico 100% (no híbrido) y adquirido entre el 30 de junio de 2023 y el 31 de diciembre de 2025, fecha en la que vence la medida.

El Plan Moves III ofrece ayudas de hasta 7.000 euros para la compra de coches eléctricos, especialmente si se entrega un vehículo antiguo para su desguace, con más de 7 años, llegando como máximo a los 4.500 euros si no entregas vehículo. Cubre 100% eléctricos (turismos e industriales ligeros) e híbridos enchufables con autonomía eléctrica mínima. Para solicitarlo, al comprar el coche, el concesionario te informa y ayuda a gestionarlo. Hay que tener en cuenta que el dinero se recibe después, una vez aprobado el expediente por la comunidad autónoma, por lo que puede tardar un tiempo. Ha sido prorrogado hasta el 30 de junio de 2025.
Ventajas
Entre las ventajas de los eléctricos frente a los gasolina y diésel está el menor mantenimiento. Al tener menos piezas móviles que los vehículos de combustión interna, los coches eléctricos requieren menos mantenimiento, lo que se traduce en menores costes a lo largo del tiempo.?
Otra de las ventajas es el ahorro en consumo energético. La electricidad es generalmente más barata que los combustibles fósiles, lo que permite un ahorro considerable en el coste por kilómetro recorrido.? Cargar un coche eléctrico puede costar entre 2 y 5 euros por cada 100 km. Un coche de gasolina o diésel gasta en torno a 8–12 euros por cada 100 km.
Por último, respeto al medio ambiente. Uno de los pilares del coche eléctrico es su reducción de emisiones contaminantes, lo que lo convierte en una opción mucho más limpia, con cero emisiones locales y reducción de huella de carbono, además de un funcionamiento silencioso, algo especialmente valorado en entornos urbanos.
Comprar o alquilar
Pero, ¿cuánto cuesta comprar o alquilar? Considerando como ejemplo el caso de un conductor que evalúa adquirir un coche eléctrico con un precio de 35.000 euros. En la compra el precio inicial es de 35.000 euros, la deducción IRPF de 3.000 euros, existen ayudas por el Plan Moves III de 7.000 euros (si entrega un vehículo antiguo), por lo que el coste final es de 25.000 euros. Hay que tener en cuenta costes adicionales como seguro, mantenimiento e impuestos.
En el caso del alquiler a largo plazo, la cuota mensual sería de 500 euros (incluye seguro, mantenimiento, asistencia), con una duración del contrato de 36 meses, por lo que el coste total es de 18.000 euros. Entre las ventajas de este modelo está que es sin inversión inicial y hay flexibilidad para cambiar de vehículo al finalizar el contrato.
Elegir según la necesidad
La conclusión es que hay que elegir en función de las necesidades y preferencias. El horizonte temporal. Si se planea utilizar el vehículo durante un periodo corto (por ejemplo, de uno a tres años), el alquiler a largo plazo ofrece ventajas evidentes: menor compromiso, cuota fija, y despreocupación por mantenimientos o depreciación. Por el contrario, si el objetivo es mantener el coche durante muchos años, la compra resulta más rentable a medio y largo plazo, especialmente gracias a las ayudas públicas y los incentivos fiscales.
El alquiler permite acceder a un coche eléctrico sin necesidad de una gran cantidad inicial, una opción atractiva para quienes buscan movilidad eléctrica sin hacer un desembolso fuerte. En cambio, la compra requiere mayor capacidad económica al principio, aunque se amortiza con el paso del tiempo.
La elección también depende del perfil del conductor. Los que recorren muchos kilómetros al año pueden beneficiarse más de la compra, ya que los límites de kilometraje de muchos contratos de alquiler podrían suponer penalizaciones o coste adicional. En cambio, quienes usan el coche de forma ocasional pueden encontrar en el alquiler una solución práctica y económica.
El ritmo de innovación en el sector eléctrico es alto. Si se desea cambiar de modelo con frecuencia para disfrutar de las últimas novedades, el alquiler permite hacerlo cada pocos años, sin preocuparse por vender un coche en proceso de obsolescencia.