
La inteligencia artificial se ha convertido en un pilar fundamental para la transformación digital de las empresas. En los últimos años, su aplicación ha crecido exponencialmente, impactando sectores como la salud, la educación, la industria y los servicios financieros. Según el estudio llevado a cabo por LICEOTIC El futuro del CIO, el 58% de los CIOs señala la IA generativa como una de sus principales prioridades. Del mismo modo, un informe de PwC revela que la IA impulsará un 14% el PIB mundial hasta 2030.
Sin embargo, muchos directivos de pymes y grandes empresas se preguntan qué beneficios reales pueden obtener de la IA. La pregunta clave es: ¿Dónde y cómo podemos aplicarla? ¿Qué impacto tendrá en nuestro trabajo y en los resultados? Esta inquietud suele dirigirse a los responsables de informática, que deberían tener la respuesta. Pero no siempre es así, ya sea por falta de formación, recursos, autonomía, o porque en algunas pymes ese rol ni siquiera existe. Ante esta situación, propongo una solución práctica y estructurada:
1. Contad con un responsable de informática de confianza y formadlo en IA generativa.
2. Pedidle que relacione los procesos de negocio con las oportunidades de mejora que puede aportar la IA.
3. Que forme a los responsables de cada área en cómo aplicar la IA generativa a sus funciones.
4. Estableced una normativa de uso seguro e implantad herramientas como ChatGPT, Copilot Chat o Gemini. Formad a los usuarios para que saquen provecho de ellas e identifiquen oportunidades de mejora en su trabajo diario.
5. Elegid una de esas oportunidades y realizad una prueba piloto para validar su impacto.
En conclusión, la inteligencia artificial es una herramienta poderosa con un impacto creciente en múltiples sectores. Su adopción estratégica, acompañada de formación y regulación adecuada, será determinante para maximizar sus beneficios y mitigar sus riesgos.