Transportes y Turismo

La falta de ayudas a la formación agrava la falta de pilotos de aviación

  • España expide pocas licencias de piloto al año, la formación es cara y no hay ayudas públicas.
  • Mientras las aerolíneas alertan de falta de personal, muchos profesionales emigran por mejores condiciones.
  • La aviación de emergencias sufre además un envejecimiento crítico.
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En un contexto de creciente demanda de transporte aéreo y con un envejecimiento progresivo de las plantillas, la escasez de pilotos se ha convertido en un problema crítico para la aviación en España. En concreto, en 2023 solo se expidieron 243 licencias por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea.

"Estamos viendo que no somos capaces, entre todas las escuelas, de formar a los profesionales necesarios para la tasa de rotación y de crecimiento del sector", declara Fernando Gómez, coordinador del grado en Gestión y Operaciones del Transporte Aéreo de la UPM.

La falta de personal afecta no solo a la aviación comercial, sino también a la aviación de emergencias, un ámbito que requiere una especialización aún más compleja y donde la media de edad de los pilotos supera los 50 años. Uno de los principales obstáculos para la entrada de nuevos pilotos en el mercado es el elevado coste de la formación.

Obtener la licencia de piloto de transporte de línea aérea (ATPL) requiere una inversión que oscila entre los 70.000 y los 140.000 euros, sin contar la habilitación específica para cada tipo de aeronave, que suma otros 20.000 euros adicionales. "Esto hace que acceder a la formación dependa casi exclusivamente de la capacidad económica de la familia del alumno".

El Estado no ha desarrollado un sistema de becas o ayudas para sufragar estos estudios. En la actualidad, solo algunas entidades privadas y el Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC) ofrecen becas limitadas. "El acceso a la formación es la principal barrera. Si el Estado financiara esta formación, como ocurre con otras profesiones, se solucionarían muchos problemas", afirman desde el COPAC.

En España, la formación universitaria de pilotos está disponible en la Universidad de Salamanca, la Universidad Politécnica de Madrid y la Universitat Rovira i Virgili (a través del Centre d'Estudis Superiors de l'Aviació, CESDA). Sin embargo, la obtención de la licencia requiere formación práctica en escuelas privadas, lo que incrementa los costes. "Nosotros damos toda la formación teórica, pero el alumno tiene que buscar por su cuenta cómo costearse las horas de vuelo", indican desde la UPM.

Pilotos que emigran y aerolíneas sin personal

El problema de la escasez de pilotos en España es, en parte, paradójico. Existen muchos pilotos formados que, sin embargo, prefieren trabajar en el extranjero debido a las mejores condiciones laborales. "Mientras tengamos cientos de pilotos españoles ejerciendo fuera, no podemos decir que aquí hay escasez de personal", sostienen desde el Colegio de Pilotos. El problema, afirman, radica en las condiciones que ofrecen algunas aerolíneas españolas, que no resultan atractivas para los profesionales más experimentados.

"En el extranjero se ofrecen mejores sueldos, mejores horarios y un desarrollo profesional más estable. En España, muchas aerolíneas no logran retener talento porque no pueden competir con esas condiciones", argumentan desde World Aviation Group. Esto provoca que las aerolíneas más pequeñas o con peores condiciones laborales tengan dificultades para encontrar pilotos, mientras que las grandes compañías pueden reclutar con mayor facilidad.

La aviación de emergencias, en peligro

Donde sí existe un problema estructural más evidente es en la aviación de emergencias. "Las bases aéreas de extinción de incendios han quedado sin cubrir por falta de pilotos", alertan desde el Colegio de Pilotos. Se trata de un sector que ha envejecido sin reemplazo generacional, con una media de edad superior a los 50 años y sin un relevo claro a corto plazo.

"La formación en este ámbito es prácticamente inexistente en el sector civil. Muchos de los pilotos provienen del ámbito militar y no hay un sistema estructurado que garantice una cantera de nuevos profesionales", explican. Además, la regulación en este sector no ayuda.

"Durante la ola de incendios de hace dos años, los pilotos agotaron sus horas máximas de trabajo y no había personal de relevo. Eso es un problema de seguridad, no solo laboral", denuncian. La falta de una normativa clara y de incentivos para la formación en este ámbito está alejando a los jóvenes de este tipo de aviación, considerada más peligrosa y menos atractiva en comparación con la aviación comercial.

Posibles soluciones

Todos los entrevistados coinciden en que la solución pasa por un mayor compromiso del Estado. "Hace falta una política de financiación pública que permita democratizar el acceso a la formación de pilotos. Sin ella, esta profesión seguirá siendo accesible solo para quienes tienen un respaldo económico fuerte", indican desde la UPM.

También es necesario mejorar las condiciones laborales en España para evitar la fuga de talento. "Si las aerolíneas ofrecen condiciones competitivas, los pilotos no se marcharán al extranjero", argumentan desde el Colegio de Pilotos.

En el ámbito de las emergencias, la clave está en la creación de un marco regulador adecuado y la implementación de una escuela de formación especializada. "No puede ser que una especialización tan crítica dependa de formación autodidacta o de la experiencia previa de los pilotos militares. Debe haber un sistema estructurado y regulado para formar a estos profesionales", sostienen.

El riesgo de no actuar es claro: en menos de una década, el problema se agravará. "En China ya hay flotas enteras de aviones en tierra porque no tienen pilotos. En Europa aún no hemos llegado a ese punto, pero estamos cerca", alertan desde la Politécnica de Madrid. La falta de planificación puede llevar a un colapso del sector, con aerolíneas que no podrán operar todos sus vuelos y servicios de emergencias sin capacidad de respuesta adecuada.

La situación, además, está generando un efecto dominó en otros sectores dependientes de la aviación. Desde los operadores turísticos hasta los servicios de mantenimiento y gestión aeroportuaria, todos se enfrentan a una creciente incertidumbre operativa. La escasez de pilotos ya no es solo un problema del sector aéreo: amenaza con afectar al conjunto del sistema de movilidad del país.

A esta situación se suma la falta de una estrategia nacional a largo plazo para anticipar las necesidades del sector. Tampoco hay un seguimiento oficial del número de licencias expedidas frente a las vacantes no cubiertas, lo que dificulta tomar decisiones informadas. Esta ausencia de datos consolidados impide conocer con precisión cuántos pilotos necesita realmente España en los próximos años, un vacío que agrava la inacción institucional.

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