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Especial Salud

La gran olvidada: La salud mental recibe el 7% de los presupuestos

  • En España, entre 2022 y 2024, se han repartido 100 millones de euros
  • La lista de espera varía según las regiones, pero supera ya los 3 meses
El 34% de la población sufre algún trastorno de salud mental
María Juárez

No hay salud, sin salud mental", decretó la Declaración de Helsinki de la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2005. Y, a pesar de esto, la salud mental sigue siendo la gran olvidada dentro de las partidas presupuestarias de los gobiernos. Tal es así, que a nivel mundial, se estima que "se destina a la salud mental menos del 7% de los presupuestos de salud", según el último informe Estrategia de salud mental del SNS 2022-2026, elaborador por el Ministerio de Sanidad. Y continua explicando que, la gran parte de esta inversión se destina a "la atención de larga duración en instituciones y a los hospitales de atención a la salud mental, lo que se traduce en una ausencia casi total de políticas para la promoción integral de la salud mental para todos".

Pero, esto, ¿a qué se debe? Tal y como apunta Beatriz González, directora de Somos Psicología y Formación, "los beneficios de invertir en salud mental no siempre se ven a corto plazo, lo que hace que muchos gobiernos lo perciban como un gasto más que como una inversión. Creo que también influye bastante en todo esto el desconocimiento".

Si se pone el foco en España, el Ministerio de Sanidad ha repartido, entre 2022 y 2024, 100 millones de euros que forman parte del Plan de Acción de Salud Mental. A estas transferencias, se añade el presupuesto que el ministerio destina directamente a la línea 024 de atención a la conducta suicida, y que, lamentablemente, en su primer año y medio de servicio llegó a atender más de 158.000 llamadas.

No cabe duda de que la inversión en salud mental no es suficiente. De hecho, así lo expresa el propio informe del ministerio, "inversión mejorable en la atención a la salud mental". Siguiendo esta línea, los profesionales sanitarios de este ámbito reclaman que se necesitan más fondos y más recursos; sin embargo, las administraciones públicas no invierten lo suficiente. Esto se debe a que hay una "escasa influencia de los servicios y profesionales de la salud mental respecto a las políticas de salud para conseguir mejoras presupuestarias", decreta dicho informe. Ante esto, expertos como Saray Falcón, psicóloga, consideran que uno de los motivos por los que se invierte tan poco en salud mental "puede ser porque sigue existiendo un gran estigma que minimiza el impacto que tienen los trastornos psicológicos en la persona frente a los problemas de salud física".

Es importante destacar que el Plan de Salud Mental 2022-2024 desarrolla la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud (SNS), que se actualizó en 2021 tras más de una década sin renovarse. Demostrando así, la poca importancia que se da a la salud mental; no obstante, con esta herramienta desde el ministerio quieren "mejorar el bienestar emocional de la población, atender de forma integral a las personas con problemas de salud mental, apoyar a sus familias y promover un modelo de atención integral y comunitario que favorezca la recuperación y la integración social".

Un plan fallido

Ahora bien, en febrero de este año, las comunidades autónomas tumbaron el Plan de Acción sobre Salud Mental 2025-2027 que elaboró el Ministerio de Sanidad. Este plan tenía como objetivos: reducir el estigma, intervención temprana, una mejora en el acceso a la atención y, además, invertir en investigación. Para ello, era necesario integrar la salud mental en la atención primaria, impulsar campañas de sensibilización; pero, sobre todo, incrementar el número de profesionales en salud mental. Sin embargo, los motivos del fracaso de este plan fueron varios. Más allá de la oposición de las regiones gobernadas por el PP, la sociedad científica y los propios profesionales de la salud mental mostraron su rechazo.

Desde la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) señalaron que el plan no lograba un aumento real en las plazas disponibles para la formación de psiquiatras y psicólogos clínicos, sino más bien suponía un decremento, ya que proponía ofrecer solo el 90% de las plazas acreditadas, mientras que el porcentaje actual era cercano al 99%.

Según el último Informe Anual del Sistema Nacional de Salud, "el 34% de la población en España sufre algún trastorno de salud mental". Esto significa que más de una de cada tres personas se ve afectada por algún problema relacionado con la salud mental, lo que resalta la magnitud del reto que enfrenta el sistema de salud. Los problemas de salud mental más registrados son los trastornos de ansiedad, de sueño y depresivos, recoge el informe del Ministerio de Sanidad. Además, apunta que "se han atendido alrededor de 5,5 millones de consultas de psiquiatría en los centros de especialidades y hospitales del SNS. El 95% de las consultas de esta especialidad se atiende en los centros públicos".

Sin embargo, los problemas de salud mental entre los menores de 25 años son cada vez más preocupantes. Según el informe mencionado, son los que más sufren de ansiedad, además detrastornos relacionados con el aprendizaje y problemas hipercinéticos.

Uno de los grandes obstáculos es el estigma social, pues muchas veces se tiene miedo a ser juzgado y no se pide ayuda. En este sentido, es necesaria una mayor educación y concienciación sobre estos temas, para que las conversaciones sobre salud mental se normalicen. Siguiendo esta línea, Falcón destaca que "el estigma va disminuyendo con los años, pero algunas parte de la sociedad siguen estando presentes; pero, con las personas famosas, como Selena Gomez, abriéndose al respecto, ayudan a reducir el estigma", y agrega que "acceder a formación de salud mental, humaniza y quita el estigma".

Falta de profesionales

Más allá de dicho estigma social, una de las grandes barreras son los costos de los servicios psicológicos privados. Además, a todo esto hay que sumarle que España afronta un problema de falta de psicólogos, lo que empeora el acceso a los servicios de salud mental, dejando a los adolescentes sin la ayuda que necesitan.

"España, que es un referente en cuanto a la cantidad y calidad de licenciados en carreras sanitarias, en el ámbito de la psicología tiene aún un déficit importante. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2022, hay 38.427 psicólogos sanitarios colegiados, pero hay que tener en cuenta que ahí se incluye mucha gente que está colegiada o no ejerce, así como el hecho de que la inmensa mayoría de los ejercientes lo hacen en el sistema privado", expresa González, quien agrega que "solo quienes pueden pagar, o quienes están realmente graves, acceden a apoyo psicológico de forma rápida. La salud mental no debería depender del nivel económico".

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) demuestra que solo hay 6 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, una cifra alarmante si se compara con los 18 por cada 100.000 habitantes que es la media de la Unión Europea. "Para llegar a esta media europea, se deberían sumar al Sistema Nacional de Salud 7.200 profesionales", explicaba Falcón. Por otro lado, en lo que respecta al número de psiquiatras la situación tampoco mejora. Así, en España hay 9 por cada 100.000 habitantes, frente a la media europea que es de 19 por cada 100.000 habitantes.

Para tratar de revertir este panorama de falta de especialistas, la OCU plantea la creación de campañas informativas para que las personas sean capaces de identificar factores de manera preventiva. De este modo, estas campañas se implementarían en centros de salud, redes sociales y colegios. Sin embargo, esto no es suficiente, pues "aunque las campañas de concienciación sean necesarias, por sí solas no son suficientes para gestionar la crisis que actualmente existe en el sistema de salud mental. Son útiles para reducir estigma y motivar a las personas a acudir a terapia, pero sin los medios necesarios, el impacto va a ser reducido", asevera Falcón.

Largas listas de espera

A todo esto se le suman las largas listas de espera, aunque es cierto que varía según la comunidad autónoma. Tal y como apunta Falcón, "En julio de 2024 se registró que un 40% de los españoles tuvieron cita en un plazo de 1 a 3 meses, mientras que un 25,9% esperó menos de un mes y el 26% esperó más de tres meses", y, además, puso como ejemplo las Islas Baleares que, durante estos meses de 2025, "en uno de los hospitales pasó el tiempo de espera de 170 días a una media de 127,7. Pero, por ejemplo en 2022, en Madrid la lista de espera media era de cuatro meses y entre sesiones más de un mes y medio".

Asimismo, y en relación con el Barómetro Sanitario, elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), "el 46,3% de los encuestados recibió atención en la sanidad pública, un 44,7% en la sanidad privada y un 2,6% en ambas. En el caso de las personas atendidas en la sanidad pública, el 40,1% refiere que fue atendido principalmente por un especialista en psiquiatría, un 33,1% por su médico de familia y un 20,8% por un psicólogo.

En definitiva, y como es evidente, en España se debe invertir más en salud mental. Esto implica no solo aumentar la cantidad de psicólogos en el sistema público de salud, sino también facilitar el acceso a servicios económicos y combatir el estigma social. Al final, invertir en la salud mental de los jóvenes es una inversión en el futuro del país. Hay que acabar con el estigma porque, como apunta González, "ir al psicólogo no significa estar mal, sino querer estar mejor".