Para muchas personas la primavera es la estación del color y de la alegría por excelencia. Sin embargo, para otras resulta una época ardua plagada de estornudos, picor de ojos e incomodidad debido a las reacciones alérgicas, que son más frecuentes e intensas durante estos meses. En España aproximadamentes 14 millones de personas padecen algún tipo de alergia, según la SEAIC (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica).
Entendiendo este término como "una reacción exagerada del sistema inmunitario ante sustancias que, en principio, son inofensivas para la mayoría de las personas", según explica Adrián Villalba, docente del Máster de Epidemiología y Salud Pública y del Máster en Bioética en la Universidad Internacional de Valencia (VIU), quien añade que "se ha registrado un incremento del 42% en la incidencia de alergias".
Esta cifra seguirá aumentando y para 2050 se estima que "una de cada dos personas tenga algún tipo de alergia", afirma Darío Antolín, vicepresidente de la SEAIC. Una de las principales causas es el cambio climático, responsable de la presencia de contaminantes y de los fenómenos climatológicos extremos, los cuales "influyen en el tipo, volumen y momento de exposición a los agentes causantes de la alergia, denominados aeroalérgenos", explica Antolín y especifica que "estos son los pólenes, hongos ambientales, epitelios animales y ácaros del polvo".
Villalba concreta que "los contaminantes pueden alterar la estructura de los alérgenos, volviéndolos más agresivos y potenciando su efecto en el organismo". Además, la cuestión climática ha provocado modificaciones en la distribución geográfica de algunos insectos, "lo que puede aumentar las reacciones alérgicas a picaduras", expresa el docente. El clima extremo también afecta a las alergias alimentarias porque las plantas, al estar tan expuestas a este, generan unas proteínas, a modo de protección, que "producen reacciones a las personas con mayor frecuencia", agrega Antolín.
El asma y la rinoconjuntivitis alérgica son las reacciones más frecuentes motivadas por la cuestión ambiental. Por otra parte, "la polución atmosférica, así como el cambio climático, produce una irritación de la piel y de las mucosas que pueden hacer que los pólenes y otros alérgenos puedan atravesarlas mejor y producir síntomas de alergia", detalla Antolín. De hecho, la crisis del asma se ha visto incrementada en los últimos años. En cuanto a las consecuencias, los pacientes tienen "un peor control de su alergia respiratoria, se observa una mayor utilización de recursos sanitarios, una peor función pulmonar, incluso un retraso en el crecimiento pulmonar en la infancia, y una peor calidad de vida", puntualiza el videpresidente de la SEAIC.
Villalba, por su parte, precisa que, en los últimos años, la alergia al polen ha subido porque "el calentamiento global está adelantando y prolongando las temporadas de este". Como consecuencia, las personas alérgicas pueden experimentar síntomas durante más meses al año. La polialergia es otro de los casos que pueden darse. Según la Asociación Española de Pediatría, se trata de "sensibilización a más de dos alérgenos". Las más comunes son "las combinaciones de alergias al polen, ácaros del polvo y pelaje de animales", enumera Villalba.
Estos efectos influyen tanto en la edad adulta como en la infancia. Irene Álvarez, pediatra en el Hospital Clínico Universitario de Santiago manifiesta que, pese a que se desconoce el número exacto, en el año 2015 "el porcentaje de menores alérgicos en España se cifraba en un 15-20% de la población". Una década más tarde, "diversas organizaciones científicas hablan de cifras cercanas al 40% en las próximas décadas", indica Álvarez.
Los más pequeños también sufren las consecuencias climáticas y la contaminación. Las alergias respiratorias son las que más han aumentado. En concreto, "el asma y la rinoconjuntivitis alérgicas", detalla Álvarez y agrega que "sobre todo se han incrementado las que están relacionadas con los hongos o los pólenes". Estos últimos los producen las plantas en respuesta al estrés de la polución, "como medida de defensa", puntualiza. Aun así, los síntomas pueden variar en el tiempo, pudiendo mejorar o empeorar de forma inicial, "aunque en las alergias respiratorias no está tan claro", concluye la pediatra.