El póquer es un juego de habilidad en el que un jugador sagaz puede acabar ganando a otro con suerte. Es el testimonio de un experto estadounidense en apuestas que compareció en un caso en el Reino Unido que están siguiendo los clubes londinenses de póquer y los casinos por Internet.
La declaración se hizo en el juicio a Derek Nelly, el operador de un club de póquer privado de Londres, acusado de violar las leyes británicas por tomar una parte de los beneficios de los jugadores. El asunto clave para el jurado es si el póquer es un juego de azar o de habilidad de acuerdo con la ley británica.
"Es un juego de habilidad y después de un cierto número de partidas -al menos 100, y no más de 1.000- un jugador habilidoso ganará a otro que no lo sea'', dijo ayer en su testimonio Joseph Kelly, profesor de derecho mercantil en Nueva York. El veredicto tendrá consecuencias para los 26 clubes de póker que hay en Londres, para decenas de miles de socios y para las páginas online de póquer como PokerStars, que argumentan que los juegos de habilidad no están sujetos a la legislación estadounidense.
Calcular el azar
El fiscal Graham Trembath QC argumentó que el póquer es una combinación de habilidad y suerte y que evaluar el posible resultado de decisiones tomadas durante una partida era "una manera matemática de calcular el azar''.
La ruleta y las máquinas tragaperras son buenos ejemplos de juegos de azar, dijo. Definió la suerte como "una falta de control de los acontecimientos, sobre los que no interviene ninguna dosis de habilidad". Aunque el reparto de cartas en el póquer es aleatorio, los jugadores empiezan a partir de unas bases comunes y la partida se convierte en un juego de habilidad una vez que se reparten las cartas, dijo Joseph Kelly.
El Texas Hold'em (modalidad de póquer en la que se reparten dos cartas) exige matemáticas, psicología, capacidad para calcular la partida, sacar ventaja del puesto, lanzar faroles (bluff) y tomar decisiones rápidas, dijo.
