
Con las encuestas a favor, Ciudadanos se ha convertido en seria opción de Gobierno y en una oportunidad para introducir cambios y reformas en la sanidad española. "Es lo que la gente espera de nosotros", señala Francisco Igea, portavoz de Sanidad en el Congreso de los Diputados, porque "para hacer lo que se está haciendo hasta ahora, ya están estos dos señores", afirma para concluir la entrevista este médico especialista en Digestivo, que trabajó durante más de diez años en el Hospital Río Carrión de Palencia antes de entrar en la política. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Sanidad
Con sus votos están sosteniendo al Gobierno, ¿para qué está sirviendo en Sanidad? ¿Cuál es el balance que hace hasta la fecha?
Se ha incrementado el presupuesto del Ministerio un 3,9%, pero lo más importante es que se ha incrementado el presupuesto de las comunidades autónomas y muchas de ellas han logrado recuperar gasto. En esta legislatura estamos desarrollando una ley de derechos y garantías al final de la vida, que era parte del acuerdo y que ya ha pasado la primera fase de ponencia. Se ha abordado la precariedad de empleo sanitario con la convocatoria de una OPE nacional sanitaria y el objetivo de bajar la precariedad laboral al 10%. También ha servido para reconocer a las víctimas de la talidomida después de 60 años y, aunque la legislatura no está siendo todo lo fructífera que nos gustaría, sí está resultando útil para los españoles desde el punto de vista sanitario.
¿Por qué no hay un debate nacional sobre el deterioro de las listas de espera en España? ¿Cuál sería la solución de Ciudadanos para reducir las demoras hasta un nivel razonable?
Este debate ha centrado el debate sanitario como si fuera el único problema del sistema. Es importante pero no es el más importante. Creemos que hay que mejorar la gestión, el rendimiento y que para eso necesitamos antes de nada tener herramientas de gestión. El Sistema Nacional de Salud es la empresa más grande del país, gasta más del 30% de los presupuestos autonómicos, pero no se rinden cuentas, no se conoce la actividad por facultativo, el rendimiento o el número de pruebas por aparato, la frecuencia de complicaciones, la morbilidad, etc. Son una serie de indicadores que nos permitirían hacer la revolución pendiente en el sistema de salud de instalar la transparencia, la rendición de cuentas y la profesionalización de la gestión. El primer paso para esa profesionalización es disponer de ese instrumento que nos permita establecer cómo se hace la rendición de cuentas y luego veremos si la gestión directa, indirecta o concertada, da mejores o peores resultados.
Ahora que conocemos las notables diferencias que hay en listas de espera por regiones, ¿por qué no hay esa rendición de cuentas?
Hay diferencias pero no solo en listas de espera. Hay diferencias muy notables que importan más en resultados en salud. Cuando en una patología como en cáncer de mama o cardiopatía isquémica, tu frecuencia de complicaciones o mortalidad se dobla entonces sí tengo un problema. Tengo un problema si un paciente espera dos meses o seis, pero tengo un problema de verdad si en una comunidad las mujeres que tienen cáncer de mama sufren amputación el doble de veces que en otra comunidad. Donde queremos llevar el debate es a los resultados, porque la necesidad crea el órgano. Es decir, si conseguimos que se hable de esto e importe políticamente, todo lo demás vendrá después porque los responsables políticos tendrán que rendir cuentas y, si quiero tener buenos resultados de mortalidad, tendré que reducir las listas de espera para no retrasar el diagnóstico o la intervención. Pongamos el foco en lo que importa al ciudadano para que las reformas vayan detrás.
¿Cuánto influyen, en esa disparidad de resultados, las diferencias autonómicas en financiación?
Hemos hecho el discurso sobre la inequidad de financiación y demostramos que las diferencias de gasto van seguidas de diferencias de dotación de personal, de medios, así lo dicen los indicadores claves del Ministerio y detrás de esto van las diferencias de resultados en salud. Cuando uno dice que gasta menos pero gasta bien porque soy un buen gestor y los resultados son buenos, esto no es así. Lo que demuestra el análisis del Sistema Nacional de Salud es que la peor dotación o financiación se corresponde con los peores resultados. ¿Qué queremos transmitir? No es que se trate de una injusticia económica, se trata de una injusticia que tiene resultados en salud que son catastróficos, eso va a mover las políticas y se va a generar más presión ciudadana.
No son solo diferencias autonómicas, sino diferencias entre centros también de la misma comunidad
Sí, hay diferencias geográficas y desigualdad de clase también. Lo que ha ocurrido en este tiempo es que hemos creado un sistema dual, hay un sistema para pobres y otro para ricos, eso es bastante escandaloso desde nuestro punto de vista. Más de un 20% de la población tiene cobertura privada o doble cobertura y eso genera una situación de doble aseguramiento y de doble sistema.
¿Es un síntoma de la deficiente financiación del SNS?
Cuando en mitad de una crisis económica, crece a la vez un cuatro o un 5% el número de pólizas privadas es por algo. Algo ocurre. ¿Por qué? Gran parte de la explicación está en el deterioro de la calidad del sistema. Esto no es razonable. Defendemos la existencia de la sanidad privada, los conciertos, no somos los que agitamos la bandera de la exclusividad de la gestión directa y pública. Ahora, creemos que hay que competir con la sanidad privada en niveles de calidad, tenemos que volver hacer de la calidad en el trato, en la atención, en la espera, en los resultados un objetivo irrenunciable del sistema y esa cultura de la excelencia en la calidad del sistema ha sufrido mucho.
¿No profundizarían entonces en la colaboración público privada?
Somos de la gente que cree que público es lo que se paga con impuestos, punto. Hay muchas cosas que están concertadas. Nosotros creemos que la gestión directa tiene mucho margen de mejora, hay mucho que aprender de la gestión privada. ¿Qué queremos? Tener la posibilidad de comparar una cosa con otra y que los ciudadanos tengan seguro que el objetivo de la asistencia pública es la excelencia en la calidad. Cuando se entra en este debate de las formas de gestión, los ciudadanos piensan que la sanidad privada solo quiere dinero y ahorrar. Este es el debate en grueso. Si conseguimos asegurar a la gente que queremos hacer del control de la calidad el paradigma de la rendición de cuentas y lo vamos a hacer en nuestra gestión directa y externa, este debate demagógico desaparecerá. La comparación permitirá innovar en la gestión y hacer nuevas experiencias de administrar hospitales o servicios hospitalarios, es importante tener una herramienta de medida que asegure a los ciudadanos que controlamos el resultado y que sigue siendo la calidad lo más importante.
Volviendo a las diferencias de financiación, ¿son partidarios entonces de una dotación mínima o finalista para un servicio público esencial como sanidad?
Una parte de la financiación tendría que dedicarse de manera finalista a mejoras concretas de la sanidad y establecer un mínimo. No podemos mantener diferencias de gasto por habitante del 60%, esa es la realidad entre el País Vasco y Andalucía. Eso no es sostenible. Pero las propias comunidades autónomas se niegan a adoptar esta solución. ¿Qué ocurre con las comunidades? En una región como Extremadura, donde gastan 1.500 o 1.600 euros por habitante al año, le supone dedicar más del 9% de su PIB a Sanidad. En cambio, el País Vasco, con 1.600 euros, está en el 5% o por debajo de este porcentaje.
¿Es otra razón para liquidar el cupo vasco?
El problema es que hay comunidades que están asfixiadas para dar unas prestaciones y otras van muy holgadas. Sin un sistema justo de financiación autonómica y sin un cálculo justo del cupo es muy difícil. El cupo se nota en Sanidad, la diferencia de financiación es del 60%.
¿Considera que se debe fijar un nivel de gasto sanitario ajustado al PIB? ¿Cuál sería el objetivo de Ciudadanos?
Tendríamos que colocarnos por encima de la media de la OCDE, en el 7% del PIB. Hemos perdido casi punto y medio de gasto y tenemos que volver a recuperar ese porcentaje de gasto, teniendo en cuenta, eso sí, que es una constante en todos los presupuestos autonómicos que las cuentas presentadas están siempre por debajo de lo que se gasta. Hay que crecer pero también hay que saber gestionar, porque hay mucho margen de mejora en la gestión de los servicios diarios, en la fijación de precios, en la innovación, etc.
¿Cómo ve las condiciones laborales y profesionales de los médicos españoles? ¿Hay que equiparar salarios?
Hay diferencias salariales que son muy difíciles de corregir porque, haciendo una comparación con la Policía Nacional, no es que haya una Policía Nacional, sino 17 policías y ninguna nacional. No me preocupa tanto la igualdad como el hecho de tener profesionales bien pagados. El sistema no será sostenible porque los profesionales se van a otros países, a la privada, no tenemos gente físicamente y nos quedaremos con menos profesionales, más desmotivados y más alejados del eje de búsqueda de calidad y excelencia y serán más caros a la larga. Se lo dije a la ministra. El decisor del gasto no es el Ministerio, sino quien tienes enfadado y dándole patadas en la espinilla. No es una buena idea que quien debe reducir el gasto no esté alineado contigo, sino con quien tiene más interés en que gaste.
Abriendo capítulo farmacéutico, ¿mantendría Ciudadanos el actual convenio firmado entre Hacienda y Farmaindustria?
No nos gusta. No nos parece una herramienta razonable para contener el gasto de la innovación. Nosotros creemos que necesitamos un debate sobre el sistema de fijación de precio de las novedades porque tiene mucho margen de mejora. Necesitamos un sistema más automático donde haya una valoración objetiva de qué es innovación y lo que no, de cuánto vale, de cuánto vale un mes de vida de un español, porque si no, te pasas el día fijando el precio con un señor con una pistola en la cabeza. Y es lo que no podemos hacer. Cuando no tenemos esto recurres a otras herramientas para controlar el gasto, es un reto al que se enfrenta no solo nuestro sistema de salud. Hay sistemas de asignación de precios distintos en toda Europa. Creemos que hay que tener un sistema de precios más homogéneo. Y un sistema de gasto mucho más transparente de farmacia hospitalaria. Es absolutamente chocante que nadie sepa qué se paga por un medicamento en un hospital. Es libre mercado con precios ocultos.
¿Sois contrarios entonces a la cláusula de confidencialidad de precios?
Es un sistema económico peculiar, libre mercado con precios ocultos, no soy economista pero no parece que sea el sistema ideal de fijar precios. Todos los hospitales llegan a acuerdos de precios de material y casi siempre te decían que tenías el mejor precio pero que no se lo dijeras a nadie. Esto es verdad en un hospital de los 250 pero en los 249 restantes, no.
Para finalizar, ¿cómo se plantean frenar las derivas autonómicas como exigir conocimiento de lenguas cooficiales en el ejercicio profesional?
No es solo un problema de igualdad de derechos de los profesionales en toda España, sino lo que es más grave, es un problema de restricción de derechos de los ciudadanos baleares que tiene una oferta profesional menor y una disminución de la calidad. Desde nuestro punto de vista es intolerable, el idioma puede ser un mérito pero nunca un requisito. Y en el momento en que ganemos las elecciones en Baleares esto va a ser lo primero que cambiaremos.