Sanidad

"Todos los enfermos aplaudimos cada vez que dan el alta a un paciente"

  • Un testigo directo describe el día a día desde el Hospital de Campaña del Ifema de Madrid
  • "La asistencia y atención es permanente e impecable, con todos los medios necesarios"
  • "Hablar con el móvil con la familia y amigos es lo que más nos entretiene"
Aspecto del interior del hospital temporal de la Comunidad de Madrid del Ifema. en Ifema.

"Cada vez que un paciente recibe el alta, todos aplaudimos espontáneamente desde nuestras camas. Todos estamos muy solidarizados. Es emocionante". Así describe los "mejores momentos de cada día" un paciente que estos días se recupera de la infección de coronavirus desde el Hospital Temporal de la Comunidad de Madrid, situado en el recinto del Ifema.

Desde su anonimato, el testigo directo de la situación recuerda desde su cama que el pasado martes tuvo ocasión para aplaudir tres o cuatro veces. Lo hizo desde una de las cuatro salas habilitadas para descongestionar los hospitales de la capital, y donde comparte cuidados con otros 200 afectados en su mismo pabellón. "Esta mañana ya ha habido ocasión de repetir los aplausos varias veces", indica al otro lado del teléfono.

Gracias a su smartphone, las horas pasan más animadas, es lo que más entretiene. "No hay problema con la batería, ya que abundan los cargadores portátiles para recargar las pilas y poder hablar con familiares y amigos. De hecho, el primer día se movilizaron varias empresas tecnológicas y de telecomunicaciones para donar varios centenares de baterías portátiles en cuestión de minutos.

El pulmón afectado no le impide conversar con elEconomista.es y reconocer que "todo funciona a la perfección" en el hospital de campaña. "Aquí no falta de nada, ni medios materiales ni personales, está todo el mundo perfectamente atendido por el personal sanitario y hay excelentes profesionales. Se han puesto bastantes recursos", recalca. Desde dentro del hospital, el paciente, que lleva en el pabellón tres días, asegura que durante su estancia "no se ha producido ningún incidente".

"La calidad humana y profesional del personal sanitario del hospital está salvando el tema. Todo es perfecto, no falta nada"

La rutina en las instalaciones del hospital de campaña del IFEMA es similar a la de cualquier otro centro hospitalario, con una atención personalizada impecable y permanente. "Nos preguntan con frecuencia cómo nos encontramos. El día a día es muy tranquilo. Me despierto, nos asean con todas las precauciones y nos traen las bandejas del desayuno, sobre las 10 de la mañana, con un café con galletas".

A continuación, se suceden las visitas de los doctores, más o menos cada dos horas. "Previamente nos han tomado todas las constantes, como el pulso, la saturación, la temperatura y los doctores nos informa de la evolución de cada uno, responden a las dudas y detallan el tratamiento para poder irnos pronto a casa", explica. "Sin duda, la calidad humana y profesional de los médicos y enfermeros esta salvando el tema. Y aquí puede haber unos 250 sanitarios, es una barbaridad".

Según el estado de salud de cada ingresado, los enfermos pueden estirar brevemente las piernas y "dar un pequeño paseo para ir al baño, siempre muy protegidos, aunque tampoco estamos para muchos movimientos".

Su ingreso en el hospital de campaña se realizó de forma muy eficiente. En una ambulancia, con todos los medios. "En mi caso, al principio, me limité a seguir los protocolos. Me quedé en casa, pero la enfermedad fue derivando y una amiga médico me animó enseguida a ir a un hospital para que me realizaran una placa. De esa forma, los médicos comenzaron a controlar mi situación, ya que no siempre se hace evidente el tema respiratorio". En espera de la próxima ovación, el paciente interrumpe la conversación porque viene una enfermera para preguntarle si necesita ayuda. "Nada, muchas gracias, todo está perfecto".

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