Saludable

Faraco (Adalmed): "Hay campañas contra la obesidad que fomentan los trastornos alimentarios"

  • Los trastornos de la conducta alimentaria están aumentando
  • La mayoría de los casos se inician entre los 13 y 14 años
  • Los tratamientos duran varios años y requieren un abordaje global
Manuel Faraco. Foto: eE

En los últimos años, las campañas a favor de una alimentación saludable y de lucha contra la obesidad mal entendidas han provocado un aumento sin precedentes en los trastornos de la conducta alimentaria. Es una situación que se ha visto agravada, además, por la presión ejercida desde las redes sociales e Internet hacia los más jóvenes. Ante la falta de medios públicos y la saturación existente, cobran cada vez un mayor protagonismo los centros privados, como Adalmed, que cuenta con profesionales de distintas áreas para llevar a cabo tratamientos multidisciplinares. Al frente del mismo está Manuel Faraco, médico psiquiatra con una amplia experiencia en estos trastornos.

¿Cómo surge Adalmed?

Su andadura se inicia en 1997 como centro especializado en trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Posteriormente, abrimos nuestro abanico a otras patologías, fundamentalmente porque las familias nos demandan mucha atención. Ahora, aunque estamos muy especializados en TCA y dirigimos los dos hospitales de día más grandes somos un centro de carácter más general.

Pero está aumentando el número de casos....

Sí, lo que está claro es que los trastornos de la conducta alimentaria están aumentando y cada año va a más. Lo que está pasando, además, es que se está produciendo un cambio de morfología. Si hace 15 años el mayor número de pacientes venía con la presión social alrededor de los productos light, ahora es la obsesión por comer sano. La ortorexia está creciendo de forma alarmante. Va a más porque los hábitos de vida que se están proponiendo en la sociedad hacen que aumenten los trastornos alimentarios de la conducta alimentaria por todos lados. Hay campañas de prevención de la obesidad o de promoción de hábitos saludables que no tienen en cuenta el riesgo de producir TCA, enfermedades psiquiátricas, que no son nutricionales o digestivas.

¿Qué papel juegan las redes sociales?

En los años 90 la presión venía del mundo de la moda, la publicidad y la imagen. Ahora no es solo eso, sino de la salud alimentaria. La gran mayoría de los casos se inicia entre los 13 y 14 años y son edades en las que los adolescentes están inmersos en las redes sociales e Internet, desde donde les llegan constantemente mensajes a favor de una vida sana y reducir el peso.

"Decir que un alimento no es sano es erróneo; no hay comida basura porque se retiraría del mercado"

¿Qué opina de las aplicaciones que evalúan los productos en función de si son o no saludables?

Intentan simplificar conceptos que no se deben simplificar porque da lugar a conclusiones muy erróneas. Hay que tener en cuenta la frecuencia de consumo de un alimento y decir que un alimento no es sano no es correctp. Es más, es posible incluso que tomado en pequeñas cantidades sea perfectamente saludable.

¿Qué opina cuando desde el Gobierno se habla de comida basura a la hora de fijar impuestos?

Es un error muy grave porque no existe la comida basura. La comida tóxica se retira del mercado y punto. Toda la comida que está en el mercado es perfectamente saludable, el problema que hay es la frecuencia de consumo de cada alimento. Tenemos un sistema metabólico que está preparado para gestionar carestías y escasez de alimentos y le tenemos acostumbrados a manejar cantidades enormes de cada nutriente y eso produce determinadas patologías metabólicas.

¿Se está investigando en los trastornos de la conducta alimentaria?

Hay muy poca investigación porque normalmente en psiquiatría y, en medicina general, quien invierte son las compañías farmacéuticas y en esta patología no hay ningún medicamento que dé resultados maravillosos, como puede ocurrir en la depresión o en la ansiedad. No hay un apoyo por parte de la industria.

"Los trastornos de la conducta alimentaria son una adicción y cuanto más presión social es peor"

¿Cuáles son los trastornos más frecuentes?

El más frecuente actualmente es el trastorno por atracón, pero a los profesionales que nos dedicamos a esto nos gusta hablar de trastornos de la conducta alimentaria en general. Categorías como la anorexia, la bulimia nerviosa o el trastorno por atracón son subtipos de una misma enfermedad que puede variar a lo largo del tiempo. Hay personas que pueden empezar con una patología tipo restrictiva y, a medida que pase el tiempo, evolucionar hacia atracones o vómitos, más característico de la bulimia. El tratamiento hay que enfocarlo teniendo en cuenta todos los subtipos desde el principio. El que se está incrementando de forma alarmante es un subtipo que aún no ha sido recogido por las clasificaciones internacionales, que es la ortorexia, la obsesión extrema por comer sano. Es una sintomatología muy parecida a la anorexia.

¿Cuál es el porcentaje de curación?

Los trastornos de la conducta alimentaria son absolutamente curables si se tratan adecuadamente. No son enfermedades crónicas ni que haya que convivir con ellas. Lo que ocurre es que, como cualquier patología adictiva, la curación conlleva una serie de precauciones. Las personas que han sido dadas de alta definitiva no deben hacer dietas restrictivas o exponerse a conductas alimentarias de riesgo, como mantener actitudes vegetarianas. Es el único requisito para evitar recaídas.

¿Cuánto dura el tratamiento?

Son tratamientos largos, que duran varios años y requieren un abordaje global. La sintomatología superficial es la de la conducta alimentaria, pero la más importante tiene que ver con la autoestima del paciente, su inseguridad y la vía de escape que busca a través de la alimentación. Inicialmente, la atención se centra en bloquear este tipo de conductas alimentarias pero luego hay que enfocarse a ayudarle a afrontar los problemas de otra manera. No se puede dar el alta cuando ha desaparecido la sintomatología ligada a la alimentación porque debido al trasfondo psicológico la enfermedad reaparece.

"El seguro escolar ayuda a las familias en los centros privados, pero hay retrasos de ocho meses en las facturas"

¿Qué ocurre si no se trata?

El diagnóstico precoz ayuda mucho al tratamiento y a menor edad del paciente es, además, mejor. Pero no hay que olvidar que si no se trata es mortal. Hay distintos estudios que sitúan la tasa de mortalidad entre un 15% y un 20% a lo largo de la vida del paciente. Poquísimas enfermedades psiquiátricas se acercan a esos porcentajes. Nosotros además tenemos la sospecha de que hay mortalidad infradiagnosticada porque en algunos hospitales la causa de la muerte no refleja el TCA que hay detrás. Hemos visto casos en los que se establece que la causa de la muerte es una bajada de potasio, pero no se dice que es debido a un TCA. Creemos que la tasa de mortalidad es más alta de la estimada. Si no se trata, hay una cronificación con constantes recaídas y un nivel de ansiedad y sufrimiento vinculada a la alimentación horrible.

¿Hay recursos públicos suficientes?

En general, la salud mental es la hermana pobre de la Sanidad. La Sanidad Pública en España está entre las mejores del mundo, pero se olvida que la salud mental no está ni mucho menos en esos niveles de atención. Dentro de la salud mental, los TCA requieren mucho más apoyo y formación. Se están desarrollando unidades específicas y cada vez hay más, pero hace falta una visión unificadora. Están funcionando como islas, donde el paciente entra y sale, pero que no llevan desde el diagnóstico hasta el alta definitiva, forman parte de una cadena donde los demás eslabones funcionan mal. No hay especialización en los ingresos de 24 horas ni en los centros de atención primaria, donde el seguimiento es muy errático. Como otras adicciones, requiere una formación específica.

¿Hay diferencias entre unas autonomías y otras?

Sí, hay algunas comunidades donde se le ha dado más importancia y otras donde no hay centros y es un desierto absoluto, efectivamente.

¿Les preocupa que se puede retirar el seguro escolar a los centros privados, como se intentó?

El seguro escolar es una forma de tratar a pacientes casi siempre menores, o al menos en edad escolar, que puede paliar las deficiencias de la atención pública de la salud mental. Es uno de los pocos recursos que permite hacer realmente tratamientos especializados, con unos porcentajes de éxito mucho mayores de los que pueda realmente ofrecer solo la red pública. El seguro escolar estuvo en peligro por una cuestión de ahorro presupuestario. En un momento decidieron que no era una buena idea que existiera, aunque felizmente al final echaron para atrás. El problema es que el retraso en el pago de las facturas ha llevado ya a varias clínicas al cierre. Los retrasos pueden llegar a ser de hasta ocho meses. Se está creando una asociación de centros vinculados al seguro escolar para poder tener interlocución con la administración. El problema es que no hay ni funcionarios para poder atender las facturas.

Y eso representa un problema para las familias sin recursos suficientes...

Desde luego. Nosotros entendemos que el modelo adecuado para tratar esta enfermedad es el hospital de día, en sus distintas variantes. Pero es algo que muchas familias no pueden pagar de su propio bolsillo. Requiere un equipo multidisciplinar, con psiquiatras, psicólogos, endocrinólogos, comidas en el centro, y al final el coste es muy alto.

"La sanidad pública no puede atender todos los pacientes que hay en los centros privados"

¿Cuál es el coste del tratamiento?

El coste mensual de un hospital de día, cuando el paciente tiene que estar viniendo a todas las sesiones, ronda los 1.500 euros al mes. El seguro escolar en fundamental. Si la sanidad pública tuviera que afrontar todos los gastos de atender a los pacientes que están en centros privados el coste sería mucho mayor. Las asociaciones de familias se reunieron con la exministra de Trabajo y Seguridad Social Magdalena Valerio y consiguieron que se diera marcha atrás. Son ellas las que pararon la desaparición del seguro. La ministra entendió que era una barbaridad eliminarlo.

¿Y es una enfermedad solo femenina?

Esta enfermedad afecta a chicas y chicos Hay una presión social cada vez mayor hacia los varones y eso provoca que cada vez haya más chicos. Esto es una adicción social y es como el juego. Cuanto más casas de apuestas más ludópatas y cuanto más presión social sobre la imagen y el cuerpo, más trastornos alimentarios. Antes estábamos en el 90% de mujeres, ahora en el 75%. Y la edad de diagnóstico es cada vez antes, generando daños que son ya irreversibles. Se lanzan mensajes que provocan que los niños quieran tener el cuerpo de los adolescentes.

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