
El grupo sanitario Ribera, que nació vinculado al modelo de concesión privada en la Sanidad pública valenciana, dejará el próximo año el hospital de Denia, después de que el nuevo Gobierno autonómico de Carlos Mazón mantenga su reversión a la gestión pública. La empresa que dirige De Rosa apuesta por seguir con el giro en su estrategia con la compra de hospitales privados para ser uno de los protagonistas de la consolidación del sector en España.
¿Les ha sorprendido que el nuevo Gobierno valenciano del PP siga con la reversión del área de salud y del hospital de Denia?
Lo primero que tenemos que decir es que fuimos llamados por el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, lo que hay que agradecer. Nos explicó la problemática legal que había en el caso de Denia porque ya estaba iniciado el proceso y se habían emitido informes jurídicos por parte de la Abogacía y de la Intervención. Hasta un diputado de Compromís había expuesto uno de esos informes en Les Corts. Era una situación que podía generar inseguridad jurídica y para el nuevo Gobierno era complicado detener la reversión, pero nos explicó que apuesta por el modelo de colaboración público-privada y también nos dijo que la concesión de Elche iba a continuar. Tenemos que aceptarlo, con pena por los ciudadanos y por los profesionales del departamento de salud de Denia, y ponernos a su disposición para que la transición sea lo más tranquila posible.
Entonces descartan recursos judiciales a la reversión en Denia como han hecho en las anteriores.
Pese a lo que alguien pueda pensar, nosotros nunca hemos querido plantear batalla legal en ningún proceso de reversión porque sí. Estamos en un Estado de Derecho y si entendemos que un Gobierno hace algo que consideramos que no está en la ley nos reservamos nuestro derecho de acudir a los tribunales. Lo único que está judicializado son las normas de la reversión porque el anterior Gobierno del señor Puig impedía una gestión adecuada durante el último año, tanto en el caso de Alzira como de Torrevieja. Con el Gobierno del presidente Mazón esas normas de la reversión se están pactando y hay un clima de colaboración por las dos partes que quiero resaltar como un hecho diferencial a lo que ocurría antes.
La Generalitat ha comunicado que sí mantendrán la otra concesión que tienen, la de Elche. ¿Les satisface esta decisión salomónica?
Es un magnífico hospital y un gran departamento de salud, estamos muy satisfechos del respaldo del presidente y de su compromiso de que va a alargarse esa concesión. Pero no es una cuestión de satisfacción. El anterior Gobierno del presidente Puig ha puesto todas las piedras en el camino del modelo concesional y ha fracasado en su reversión, tanto de Alzira como de Torrevieja. Los dos procesos son un ejemplo de una pésima gestión pública y un mal ejemplo de gobernanza. Lo que espero y confío es que el presidente Mazón haya aprendido de los errores del tripartito y que donde el Consell vuelva a asumir la gestión no sea el desastre que ha pasado en Torrevieja y en Alzira, que él ha denunciado en la campaña electoral.
¿La pérdida de la actividad en Denia tendrá un impacto relevante para el grupo?
No, nosotros somos el segundo grupo hospitalario de España con una facturación superior a 900 millones de euros, contamos con más de 9.000 profesionales y nuestro plan de crecimiento está ahí. Estamos en cinco comunidades autónomas y en dos, Galicia y Murcia, ya somos el grupo privado más importante. Una singularidad que tiene Ribera Salud es que el 16% de la facturación es internacional, somos un modelo de gestión con una gran aceptación en todo el mundo, que estamos en cuatro países de la Unión Europea y colaborando con gobiernos de fuera de la Unión Europea como en Kuwait y Arabia Saudí.
¿Hacia dónde espera que evolucione el sector tras la pandemia?
La Sanidad está viviendo un momento de transformación, tanto la pública como la privada. El Covid ha sido un antes y un después. La sanidad pública tiene graves problemas, como las peores listas de espera y las mayores demoras en diagnóstico de la historia, una atención primaria sobrepasada o la falta de profesionales. Y la sanidad privada también tiene grandes retos, porque el problema de accesibilidad en el sistema público también está llevando a problemas de accesibilidad en el privado: ya es complicado encontrar citas o que te operen rápidamente en la privada. Les guste a algunas personas o no, la colaboración público privada va a ir aumentando cada vez más. Porque está claro cuál es la situación de las finanzas públicas. Creo que el papel de la colaboración público privada, pese a lo que pueda parecer en estos momentos, va a ser cada vez mayor.
¿Consideran que el sector ofrecerá nuevas oportunidades en España?
Tenemos un sistema nacional de salud que es público, universal y gratuito del que podemos estar orgullosos. Pero también hay que darse cuenta que hay un 25% de población que teniendo ese sistema gratuito se saca una póliza de seguro de salud. Eso significa que un porcentaje cada vez mayor de población considera que el sistema no le da lo que requiere. Con el sector asegurador también está creciendo el sector hospitalario privado, que además se está concentrando. En los próximos años vamos a asistir a una consolidación en el sector hospitalario en grupos cada vez más grandes y nuestro objetivo es que Ribera participe con una visión que venga del modelo de colaboración público-privada.
En los últimos años han protagonizado varias compras, ¿mantendrán entonces esa estrategia?
Es verdad que nos hemos centrado en centros independientes en general, salvo la última compra que hicimos del grupo Virgen de la Caridad en Murcia que pertenecía a Magnum. El sector sanitario tiene la peculiaridad de que en general está en manos de grupos familiares, salvo Quirón, con lo cual tienen una dinámica distinta. Nosotros estamos estudiando operaciones y puedo decir que antes de final de año cerraremos alguna operación importante. Y vamos a seguir buscando en España y fuera de España. De hecho, este año hemos hecho algunas pequeñas adquisiciones en centro de Europa, que es un área que nos gusta mucho.
El grupo francés Vivalto Santé, que entró como principal socio el año pasado, ¿impulsará ese crecimiento exterior?
Queremos seguir creciendo internacionalmente porque es algo que forma parte de nuestro ADN. La alianza entre Vivalto Santé y el equipo directivo de Ribera también busca apoyar esa estrategia de crecer fuera. En el mundo se nos conoce por la colaboración público-privada y en zonas como Oriente Medio somos una de las referencias. Allí hasta el momento estamos actuando más como consultores que como gestores. Para el año que viene nos planteamos crear una división de consultoría, como en su día hicimos con una división tecnológica o de laboratorio. Hay países que nos lo están demandando, no sólo de Oriente Medio. También en Suiza, donde algún cantón se plantea un modelo similar al de Alzira.
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