España será una de las grandes potencias exportadoras de terapias génicas gracias a un movimiento empresarial de la multinacional Pfizer. La farmacéutica ha elegido su planta de última generación situada en San Sebastián de los Reyes (Madrid) para ser exportar a Europa, Canadá y Latinoamérica un tratamiento para la distrofia muscular de Duchenne, una patología que afecta a los niños a causa de un fallo genético y que suele tener el fallecimiento como final.
La multinacional americana fabricará la sustancia activa en Estados Unidos y desde ahí viajará a la capital de España, donde en su planta se realizará el acondicionamiento del producto y su posterior exportación a todos los mercados europeos, Canadá y Latinoamérica. El proceso de transporte de esta terapia se realiza a muy bajas temperaturas por su delicadeza, por lo que Pfizer volverá a utilizar la logística creada para transportar la vacuna contra el Covid.
La firma americana ha invertido 100 millones de euros en el acondicionamiento y mejora de sus instalaciones en Madrid, donde en la actualidad ya están produciendo dos productos para hemofilia y se exporta el 95% de la producción a 70 países. El dinero ha llegado a riesgo, ya que se gastará con anterioridad a la obtención de las autorizaciones necesarias para poder acometer el proyecto con la terapia génica.
El medicamento que se exportará se encuentra en estos momentos en la última fase de ensayos clínicos. Según las previsiones de la compañía, entre la conclusión de los estudios y la consecución de la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento para vender el fármaco, pasarán entre un año y medio y dos años. De hecho, ese plazo coincide con lo que suelen tardar las agencias reguladoras en dar el visto bueno a una planta de producción como la que Pfizer tiene en San Sebastián de los Reyes tras un reacondicionamiento como el que ha realizado la multinacional.
Además, tanto las agencias reguladoras de Europa (EMA) como la de Estados Unidos (FDA) han designado a la terapia como medicamento huérfano. Esta categoría permite acceder a la fase regulatoria por una suerte de atajo que aligera el proceso, por lo que su llegada al mercado es más fácil que para otras terapias.
Potencia exportadora
El movimiento de la compañía estadounidense refuerza uno de los pilares de la balanza comercial de España. El medicamento ha pasado de ser el cuarto producto más exportado en 2021 al puesto número tres por detrás de automóviles y combustible durante el ejercicio de 2022. El año pasado aumentó más de un 53% sus ventas al exterior y alcanzó 28.818 millones de euros.
En España la industria farmacéutica la conforman 103 plantas de producción, 11 de ellas biológicas. Entre estas últimas se encuentra la de Pfizer, que comenzó sus actividades en los años 60 y en los últimos años se ha convertido en uno de los principales centros biotecnológicos de la compañía.
Tras la pandemia, donde la vacuna contra el Covid se convirtió en el producto que llevó a Pfizer a alcanzar cotas de facturación nunca vistas antes en la industria farmacéutica, ahora la firma que dirige Albert Bourla se centrará en su vademecum, donde las terapias génicas jugarán un papel importante, así como en el crecimiento inorgánico, donde buscará oportunidades de mercado para engordar su cartera de productos. "La expectativa de crecimiento de la compañía es que hasta el 2025 se mantendrá un 6% de crecimiento orgánico", explica el CEO de la farmacéutica en España, Carlos Murillo.
Además del medicamento de terapia génica que se exportará desde la fábrica de San Sebastián de los Reyes, la firma acaba de lanzar Vyndaqel, para los pacientes con amiloidosis cardiaca por transtiretina, y Cibinqo que es un medicamento para dermatitis atópica. Además, están en negociación de un producto para migraña que todavía no tiene la financiación.
Con todo, es una realidad que las ventas de la compañía continuará decreciendo desde el pico alcanzado en 2022. Ante ello, Pfizer está planeando llevar a cabo diferentes acciones que le ayuden a enfrentar esta situación, por ejemplo, a través de adquisiciones o fusiones. La última que protagonizó fue la compra de la oncológica Seagen por 40.000 millones de dólares.