"El bisfenol A constituye un riesgo para la salud de los consumidores". Esta la conclusión a la que ha llegado la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) tras realizar una nueva evaluación de las consecuencias que provoca ingerir esta sustancia química la cual se utiliza para fabricar muchos envases de alimentos.
El bisfenol A se utiliza junto con otras sustancias para realizar, por ejemplo, los plásticos de policarbonato, una clase de plástico transparente y rígido que se utiliza para fabricar dispensadores de agua, recipientes de almacenamiento de alimentos y botellas de bebidas reutilizables. También se usa para producir un tipo de resina que se aplica para hacer recubrimientos protectores y láminas para latas y cubas de bebidas y alimentos. "Pueden migrar en cantidades muy pequeñas a los alimentos y bebidas que contienen", alertan los científicos de la EFSA
"Hemos observado un incremento porcentual de un tipo de glóbulo blanco en el bazo conocido como T helper", afirma el presidente de la Comisión Técnica de Materiales en Contacto con Alimentos, Enzimas y Auxiliares Tecnológicos de la EFSA, Claude Lambre. Estos tienen un papel importante en nuestros mecanismos inmunitarios celulares y su incremento desencadena una "inflamación pulmonar alérgica y trastornos autoinmunes". También detectaron efectos nocivos para la salud en los sistemas reproductivos, de desarrollo y metabólico.
Por otro lado, hace ocho años los expertos establecieron una ingesta diaria tolerable temporal debido a las "incertidumbres" debido a la necesidad de más datos. Antes el umbral estaba en cuatro microgramos por kilogramo de peso corporal al día. Tras la nueva evaluación esta ha disminuido "significativamente" y ha pasado a 0,2 nanogramos por kilogramo de peso corporal al día. "La ingesta diaria tolerable establecida ahora es alrededor de 20.000 veces menor", resaltan los científicos.
Además, los expertos han concluido que las personas, independientemente del grupo de edad, con una exposición media y elevada al bisfenol A superan la nueva ingesta diaria tolerable. Este dato supone "un motivo de inquietud en materia de salud".
En España desde enero de 2023, el uso de esta sustancia en productos de alimentación está prohibido. Sin embargo, la problemática se encuentra es que en muchos otros países de la Unión Europea no esta homologado. Por ello, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) piensan que debería de crearse una normativa europea común y establecer controles para comprobar la ausencia de este contaminante de los productos que están en el mercado y así proteger a los consumidores.