El Ministerio de Sanidad incorporará a economistas para la evaluación de los nuevos medicamentos. El departamento de Darias ha decidido incluir a la Asociación de Economistas de la Salud entre el elenco que realiza los Informes de Posicionamiento Terapéutico, unos documentos que se preparan previamente a la negociación de financiación y que sirven para comparar la innovación con el abanico terapéutico existente.
Hasta la fecha, estos informes solo incluían recomendaciones médicas y científicas sobre el nuevo medicamento, aconsejando su uso en relación a los fármacos con los que compite comercialmente. Ahora, incluirán una evaluación económica para facilitar la negociación posterior entre los técnicos del Ministerio (la Comisión Interministerial de Precios) y la compañía farmacéutica dueña de la innovación terapéutica.
La decisión de incluir a estos expertos tiene sus aspectos positivos, pero también puede acarrear problemas. En un principio, deben llegar para agilizar el proceso de incorporación de un nuevo medicamento al Sistema Nacional de Salud, pero por otro podría también dilatar el proceso de elaboración del Informe de Posicionamiento Terapéutico, paso previo y obligatorio antes de negociar con el Ministerio de Sanidad el precio final.
España es uno de los países que presenta mayores demoras en la introducción de nuevos medicamentos, sobre todo cuando acarrean un fuerte impacto económico. Los últimos datos apuntan a que el país tarda 517 días en aprobar nuevas terapias, cuando la normativa europea solicita que no se superen los 180 días una vez que la Agencia Europea del Medicamento autoriza un medicamento. Antes de la pandemia, en 2019, el retraso también era importante (414 días), pero en los tres últimos años se han sumado más de cien días extra de media de espera para acceder a la innovación terapéutica. Una de las áreas más damnificadas es la oncología, pero también los tratamientos contra las enfermedades raras sufren el retraso.
Al unísono de esta decisión, el Ministerio de Sanidad también trabaja en una reforma de la Ley de garantías y Uso Racional del Medicamento. Los objetivos son varios, entre los que destacan facilitar la fabricación nacional de medicamentos considerados esenciales y la de mejorar el acceso a la innovación.
En este último aspecto se está valorando crear una especie de atajo para aquellos nuevos medicamentos que demuestren una innovación disruptiva frente a la terapéutica existente. Si bien no está pensado que se acote ningún área médica, los fármacos que saldrían más beneficiados serían los oncológicos.
Sin embargo, el año electoral y el atasco legislativo que existe en el Congreso de los Diputados impide tramitar la reforma como proyecto de ley. Tal y como adelantó elEconomista.es, el Departamento de Darias aprovechará la tramitación de otra ley para 'colar' algunos retoques que se consideran más urgentes. Uno de ellos será la fórmula final para mejorar el acceso a la innovación, que tal y como se ha dicho, incluirá algún proceso especial para los medicamentos que lleguen con una innovación disruptiva.