El Ministerio de Sanidad está buscando fórmulas para sacar adelante la reforma prometida de la Ley de Garantías y Uso Racional del Medicamento, modificación que debe impulsar la fabricación nacional de fármacos. El problema que existe es un atasco legislativo en el Congreso de los Diputados, que unido al año electoral, acorta las posibilidades de emprender un Proyecto de Ley. Por ello, el departamento de Darias sopesa utilizar un atajo, según fuentes cercanas al Ministerio. La solución pasaría por utilizar la tramitación de otro texto legal para incluir en él algunos aspectos que se consideran más urgentes.
Dentro de esta reforma legislativa hay varios aspectos que condicionan la inversión millonaria que anunció la industria farmacéutica al Gobierno en una reunión en Moncloa a finales de diciembre. Aquellos 8.000 millones, que estarían vinculados en gran parte a la fabricación nacional de medicamentos, sobre todo esenciales, dependen de que dichas moléculas se beneficien de incentivos que permitan su fabricación en España.
Muchos de esos fármacos son muy maduros y se encuentran en precios muy bajos, en muchos casos por debajo del umbral de 1,6 euros. Esto es así porque están bajo el yugo del Sistema de Precios de Referencia, una herramienta de control de la factura farmacéutica mediante la cual se baja el precio de forma anual a muchos de los medicamentos incluidos. Lo que se está negociando es la salida de las moléculas denominadas esenciales por la Agencia Española del Medicamento para que su fabricación en España sea rentable. De igual forma, los productores de genéricos pidieron una subida del 10%, tal y como adelantó este medio.
Otra de las patas de la reforma, y que también interesa mucho a la industria farmacéutica, es acelerar la inclusión de los nuevos medicamentos en el Sistema Nacional de Salud. España es de los países que más tarda en aprobar nuevos fármacos y la última dentro de las grandes potencias europeas. Esta tardanza es la mayor queja de las compañías innovadoras y uno de los posibles acuerdos que se incluyan en esta reforma legislativa sería una vía rápida para aquellas terapias que muestren mejora a lo existente.
El último de los aspectos que se trabajan para incluir en esta reforma exprés sería ajustar las tasas que la industria farmacéutica debe pagar a la Agencia Española del Medicamento. Sería una fórmula de incentivo económico para las compañías que decidan apostar por la fabricación nacional de medicamentos.