La reforma de la legislación farmacéutica europea atraviesa sus últimos trámites antes de consolidarse. Y entre las distintas propuestas para mejorar el texto actual, se encuentra la posibilidad de "reemplazar el prospecto en papel de los medicamentos por información del producto en versión electrónica". Esto, a la práctica, significaría el fin de los prospectos tal y como los conocemos, para dar paso a códigos QR en los que, mediante un dispositivo electrónico, consultarlos.
"En algunos hospitales españoles el cambio ya se ha puesto en marcha de forma experimental con algunos fármacos de uso hospitalario. En el entorno hospitalario es idóneo, ya que los pacientes no tienen la necesidad de consultar el prospecto", considera la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), quien, a la vez, se pregunta: "¿qué pasaría en el caso de los pacientes que en su casa solo pudieran consultar el prospecto en formato electrónico?"
La organización, que se opone a esta medida, considera junto con otras asociaciones de consumidores del grupo Euroconsumers en Italia, Bélgica y Portugal que no se debe sustituir el papel por un código QR, si bien es cierto que se muestran favorables a que ambas coexistan.
Creen que, de acometerse esta sustitución, "se dificultaría el acceso a la información que tenemos en los prospectos, muy importante para hacer un uso correcto y seguro de los medicamentos, y hasta lo impediría en situaciones de pobre conectividad". La medida, además, "afectaría especialmente a los pacientes con menos habilidades tecnológicas, personas mayores en su mayoría, precisamente las que suelen hacer un uso más intensivo de los medicamentos", explica la organización.
Casi 8 de cada 10 están de acuerdo
Para refrendar su postura, OCU ha publicado los resultados de una encuesta reciente (realizada entre junio y julio de 2022), en la que participaron 898 consumidores.
Así, el 78 % de encuestados prefiere el prospecto en papel, y llega hasta el 83 % en la franja de edad de mayores de 63 años. Por contraposición, solamente el 8 % lo prefiere en formato digital, principalmente porque "permite ampliar el tamaño de la letra y acceder en cualquier lugar donde haya conexión".
Además, el 70 % está de acuerdo con el argumento recurrente de la industria de que un código QR es mejor que el papel para el medio ambiente. Aun así, y aunque se incluya el QR, 74 % cree que el prospecto en papel debe permanecer.
Para qué utilizamos el prospecto
Según revela la encuesta, la mayoría de usuarios leen el prospecto al tomar un medicamento por primera vez. Ya sea de manera parcial (5 de cada 10) o en profundidad (3 de cada 10), lo hacen cuando el médico les prescribe un fármaco (80 %), cuando se lo ha recomendado un farmacéutico (85 %) o cuando es automedicado. De hecho, es en este último caso cuando más se lee el prospecto (88 %).
Y cuando lo leen, la información que pretenden encontrar difiere según cada persona.
La mayoría (41 %) lo hace para saber para qué estaba indicado el medicamento. El 25 % lo hace para conocer posibles efectos no deseados y el 24 % para saber sus contraindicaciones. Otro 21 % pretende saber cuándo y en qué dosis lo deben tomar, mientras que el 9 % desea conocer la composición del medicamento y el 8 % cómo interferirá con otros medicamentos. Un 24 % afirma que leyó toda la información que contenía el prospecto.