La llegada del solsticio de verano inaugura oficialmente la estación más cálida del año, pero las altas temperaturas de las últimas semanas propiciaron que la temporada de baño se adelantase para muchos en gran parte de las costas del país. Las playas del Mediterráneo comienzan a llenarse de oleadas de bañistas y, como cada año, muchos se preguntan por las medusas. Los biólogos responden a la cuestión afirmando que este año se dan las condiciones idóneas para que su presencia sea más abundante de lo normal.
Las condiciones en alta mar son buenas para que las medusas sean más protagonistas este año. Esto significa que su presencia en la costa vendrá determinada por los vientos y las corrientes. Desde Safe Sea indican que las medusas que están llegando a las playas este verano son de dos especies distintas. En primer lugar, está la medusa clavel (Pelagia noctiluca), que son las más pequeñas y las más peligrosas. Por otro lado, se encuentra la Rhizostoma Luteum, que tiene un tamaño más grande pero su picadura tiene menos peligro.
Los síntomas de una picadura de medusa son diferentes según la especie. "Si nos pica una medusa debemos tener en cuenta que los síntomas son diferentes según la especie. Así, si te pica una medusa grande provoca en la zona afectada picazón, enrojecimiento o pequeñas irritaciones. El picotazo de las medusas clavel es más doloroso y, según la persona, puede generar desde una leve hinchazón hasta erupciones o síntomas más graves", señala Enric Sendil, CEO de Safe Sea.
Cómo hacer frente a las picaduras de medusas clavel
Los protectores solares antimedusas son una buena opción para prevenir las picaduras, pero no actúan como repelente, sino como inhibidores. El resultado es que causan un tipo de desorientación en ellas y ya no saben exactamente dónde morder. Sin embargo, la picadura, en la mayoría de los casos, es inevitable y cuando se produce muchas personas no saben cómo actuar y la histeria se apodera de ellas. Por esta razón, es muy importante que conozca las recomendaciones de los expertos para evitar situaciones desagradables.
En primer lugar, es importante lavar cuidadosamente la zona afectada con agua de mar, sin frotar. En caso de tener bicarbonato a mano, sería interesante aplicarlo durante 5 minutos porque, si se mezcla con agua de mar, será una buena ayuda para prevenir el envenenamiento producido por los tentáculos residuales en la piel. Sin embargo, también debe saber que no se recomienda la aplicación de agua dulce, vinagre, vendajes a presión, ni alcohol.
A continuación, es conveniente utilizar unas pinzas, guantes o una tarjeta de plástico para quitar los tentáculos residuales, así como la aplicación de hielo durante 25 minutos, aunque nunca de forma directa sobre la piel. Por tanto, lo más aconsejable sería envolverlos en ropa o en una toalla fina.
Una vez efectuados los anteriores pasos, la persona afectada tendría que revaluar el grado de dolor para volver a aplicar hielo en la zona de la picadura, si lo considera necesario. En caso de que el dolor persista es recomendable acudir al médico o profesional del cuidado de la salud para que evalúe el problema.
En muchas ocasiones, las medusas llegan a la costa moribundas, pero su capacidad de punción perdura incluso estando muertas porque sus sistemas de defensa siguen estando activos. Por último, los biólogos indican que la colocación de redes a un centenar de metros de la playa no es la solución porque fracturan a las medusas y sus tentáculos llegan a la orilla cargados de veneno.