
Entre enero y mayo de 2020, aproximadamente 473 españoles murieron por un melanoma maligno de piel. Para 2022, según el informe "Las cifras del cáncer en España 2022" de SEOM, se estima que un total de 7.500 personas en España padezcan cáncer de piel, 1.390 casos más que el año pasado. Sin embargo, se debe tener en cuenta que estos datos infraestiman la situación real de la patología dado que muchos casos de buen pronóstico no se incluyen en los registros académicos oficiales.
En el día mundial del cáncer de piel se pretende hacer hincapié en la importancia de las autoexploraciones, pues un tercio de los cánceres diagnosticados son de piel, según el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia.
Se debe seguir la regla ABCDE, que se rige por un estudio de la asimetría, los bordes, el color, el diámetro y sobre todo la evolución. Según la Asociación española contra el cáncer, "si durante la autoexploración encuentras una lesión, que te molesta o pica, que ha crecido o ha cambiado de aspecto y que presenta ulceración o costra que no se cura, es importante que acudas al dermatólogo".
En general, las recomendaciones de los expertos son usar protector solar, evitar estar al sol durante periodo prolongados y especialmente en las horas centrales (entre las 12h y las 16h) y usar barreras frente a la radiación UV (ropa, sombreros y gafas).
Nuevos tratamientos
Es clave la detención precoz para que aumenten las posibilidades de sobrevivir. En las últimas décadas, la supervivencia a 5 años desde el diagnóstico del melanoma ha mejorado en el 90% de los casos. También el pronóstico en fases avanzadas de diseminación ha cambiado por completo. Esta ganancia se debe a múltiples factores: las terapias dirigidas, la inmunoterapia, el uso de virus oncolíticos y el mejor conocimiento de las vías implicadas en la aparición y progresión del melanoma.
El cambio de paradigma en el tratamiento del melanoma se dio en 2018 gracias a los avances en el campo de la inmunooncología (tipo de tratamiento contra el cáncer que se caracteriza por hacer frente a la patología mediante la estimulación del propio sistema inmunológico del paciente) tras el descubrimiento del Premio Nobel Allison y Honjo. Hasta ese momento, el único tratamiento disponible era el interferón alfa a dosis altas, que conllevaba un riesgo de toxicidad para los pacientes potencialmente curados.