El proceso asistencial al que se enfrentan los pacientes en España supone un largo viaje desde que aparecen los primeros síntomas y acuden a su médico de cabecera, hasta que son diagnosticados, derivados al especialista y reciben el tratamiento oportuno para hacer frente a dicha enfermedad. Esto significa que el camino del paciente puede suponer años de recorrido a lo largo del sistema sanitario, que a su vez trae importantes consecuencias económicas sobre el mismo y sobre la vida del paciente (visitas innecesarias a especialistas, bajas laborales prolongadas, empeoramiento y cronificación de la enfermedad...).
Además, los procesos asistenciales de algunas enfermedades llevan consigo un considerable retraso con respecto a otras. Por ejemplo, los pacientes que sufren espondiloartritis axial o artritis psoriásica se enfrentan a demoras en el diagnóstico y a una carga asistencial que genera un seguimiento no óptimo. Esta problemática impacta negativamente en la calidad de vida de los pacientes y en su progresión, a la vez que lleva asociados importantes costes económicos.
El primer paso para mejorar el proceso de asistencia de un paciente pasaría por reforzar el apoyo a los profesionales sanitarios y al sistema. En este sentido, sería conveniente proporcionarles tareas de formación, herramientas de identificación y cribado, de seguimiento y monitorización, así como generar redes y conexiones. En lo que respecta al sistema sanitario, sería importante mejorar la capacidad y eficiencia de los procesos y su sostenibilidad.
Nuria González, directora de la Unidad de Soluciones Innovadoras de Novartis, afirma que están "buscando asegurar una correcta integración de las estructuras organizativas, mejorar la capacidad resolutiva de Atención Primaria, compartir información clínica y administrativa entre ambos niveles asistenciales".
Actualmente, el sistema de salud español necesita de forma urgente priorizar en la optimización de procesos para reducir la variabilidad y fomentar la igualdad en el tratamiento a cada paciente. Solo así se conseguiría mejorar la toma de decisiones por parte del médico. Por ello, para conseguir que el camino recorrido por el paciente sea más ameno es necesario que los procesos sean más eficientes y sostenibles para acabar con posibles ineficiencias. La presidenta de la Sociedad española de Calidad Asistencial (SECA), Inmaculada Mediavilla, sugiere una mejora en la accesibilidad, las listas de espera y los tiempos de respuesta, tanto diagnósticos como quirúrgicos.
Tanto sanidad pública como las companías son conscientes del problema, por lo que se han interesado y están trabajando en la búsqueda de soluciones efectivas para mejorar el proceso asistencial de los pacientes en los últimos años. Por eso,
SECA ha firmado con la empresa farmacéutica Novartis un convenio de colaboración para el Proyecto IMPACTO. Ambas entidades consideran que la única forma que existe para mejorar la atención al paciente es disponer de información sobre el impacto de las diferentes intervenciones en términos de resultados. De esta forma, será posible obtener información fiable para poder seguir estrategias de mejora.
El Proyecto IMPACTO cuenta con el objetivo principal de diseñar herramientas que permitan medir el impacto que tienen diferentes proyectos de calidad relacionados con diversas áreas terapéuticas, entre las que destaca la Reumatología, Oftalmología, Neurología y Cardiovascular. El plan cuenta con una serie de cuestionarios destinados a todos los actores sanitarios con la intención de evaluar el impacto global de los proyectos.
Los costes asociados al proceso asistencial de un paciente siguen siendo elevados. Por eso, contar con herramientas que consigan evaluar y disminuir dichos costes resulta fundamental. En este sentido, una de las más útiles es la calculadora de costes evitables, desarrollada por Novartis en colaboración con reumatólogos de distintas autonomías y por profesionales de las sociedades SECA y Sedisa.
Dicha herramienta nace con el propósito de optimizar los costes, medir su impacto en los resultados de salud y potenciar ahorros en el sistema para contribuir a su sostenibilidad. Por ejemplo, con esta calculadora se estima que podrían evitarse una media de 3.189 €/paciente en casos diagnosticados con espondiloartritis axial. Esto supondría una reducción del 67,5% en el coste del proceso actual. A nivel del paciente, permitiría reducir el 80% en el tiempo de diagnóstico.
Miguel Ángel Máñez afirma a elEconomista cómo es el método que impulsan: "La calculadora permite estimar el uso de recursos, coste y tiempo empleado en el proceso asistencial actual y compararlo con un proceso asistencial ideal, construido en base a potenciales mejoras sobre el proceso actual. Su uso permitiría mejoras para el paciente, como menos visitas y menos pruebas de laboratorio. Por otra parte, para el centro sanitario supone una mejora en costes y un ahorro potencial muy elevado".