
El cambio climático es uno de los mayores retos a los que se enfrenta el planeta. Una amenaza que no solo supondrá alteraciones en el medioambiente sino que traerá consigo profundas consecuencias económicas, sociales y de salud pública.
Para luchar contra ello, Ence aprovecha la lignina y la biomasa forestal derivados del proceso de producción de celulosa para generar energía renovable. Cuenta con una planta de cogeneración con lignina de 34,6 MW integrada en la biofábrica de Pontevedra y con una planta de cogeneración con lignina y otra de generación con biomasa, de 40,3 MW y de 36,7 MW respectivamente, integradas en el proceso productivo celulósico en la biofábrica de Navia.
La compañía dispone también de ocho plantas de generación de energía renovable con biomasa agrícola y forestal, con una capacidad instalada conjunta de 266 MW: tres plantas de 50 MW, 46 MW y 41 MW localizadas en Huelva, dos plantas de 50 MW y 16 MW en Ciudad Real, una instalación de 20 MW en Mérida, otra planta de 16 MW en Jaén y un último complejo de 27 MW en Córdoba.
Además, durante 2021, Ence avanzó en la implantación de herramientas para la mejora de la gestión ambiental, como las observaciones preventivas de medioambiente, que permite mejorar en el control de los aspectos ambientales de las instalaciones, y promover una cultura ambiental entre los empleados. Y la herramienta TERA (Trabajos de Especial Riesgo por motivo Ambiental), que asegura un análisis y planificación en detalle de cualquier trabajo con potencial riesgo ambiental que se vaya a ejecutar en la compañía. En el ámbito de la economía circular, Ence mantiene unas elevadas tasas de valorización y reciclaje (por encima del 99% de los residuos), lo que ha permitido ampliar el alcance de la certificación de su gestión de acuerdo a los criterios Residuo Cero de AENOR.