Muchos de los microbios que infectan a los animales también lo hacen con los seres humanos, dado que compartimos los mismos escosistemas y nos interrelacionamos.
El concepto One Health resume un enfoque sanitario que se lleva intentando abordar desde hace mucho tiempo: la salud humana, la sanidad animal y el medio ambiente están intrínsicamente conectados y son esencialmente interdependientes. Es evidente que la salud de uno afecta la salud de todo el conjunto.
Este nuevo término se presenta como un enfoque colaborativo global destinado a detectar y disminuir los riesgos para la salud del planeta, los animales y las personas y abogar por ecosistemas más equilibrados y sostenibles.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE), cada año surgen cinco enfermedades nuevas entre los seres humanos y dos de ellas tienen su origen en el mundo animal. De todas ellas, un 75% provienen de animales de entornos salvajes, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
De hecho, durante los próximos años, los seres humanos y la ganadería tendrán cada vez más probabilidades de entrar en contacto con los animales silvestres, dado que se está perdiendo más del 25 % de la cubierta forestal original, afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta nueva manera de entender la sanidad desde una salud única o One Health gira, principalmente, en torno a tres áreas de acción:
Primero, la seguridad alimentaria, empezando por evitar las hambrunas que azotan el mundo y por llevar a cabo un control sanitario eficaz de los productos destinados al consumo humano y animal. Segundo, el control de la zoonosis, es decir, las enfermedades que afectan a los seres humanos, pero tienen su origen en el reino animal, como pueden ser la gripe o la rabia. Y, por último, la lucha contra la resistencia a los antibióticos, que dificulta el tratamiento de las enfermedades bacterianas tanto en personas como en animales.
En este sentido, todos los sectores involucrados deben trabajar conjuntamente. No es posible prevenir o eliminar los problemas sanitarios globales de manera individual.
Por ejemplo, cuando se realiza un programa de prevención de brotes de rabia entre los seres humanos, la mejor manera de atajarlo es atacar la fuente del virus a través de la vacunación de los animales transmisores.
Este nuevo concepto de One Health hace referencia a un movimiento mundial que aboga por la colaboración en el cuidado de la salud de las personas, los animales y el medio ambiente. No hay duda de que los entornos sanos y diversos, y la salud y el bienestar de los animales, enriquecen la salud de las personas.
Es el momento perfecto para seguir trabajando para lograr un mundo más saludable y más respetuoso con los seres vivos, su alimentación y el medio en el que viven.
Estrategia colaborativa
Para ser capaces de implantar la idea de One Health, se necesita que todos los actores se comprometan a colaborar y trabajen "todos a una".
Por esa razón, las principales organizaciones en materia de salud y seguridad alimentaria se han comprometido en promover esta nueva estrategia sanitaria en Europa y Asia Central. La FAO, la OIE y OMS van a trabajar de manera conjunta para incentivar y fortalecer el espíritu colaborativo intersectorial, y reforzar las iniciativas que persiguen combatir los problemas sanitarios derivados de las relaciones entre humanos, animales y medio ambiente.
En 2018, los tres organismos firmaron un protocolo de acuerdo para reforzar su colaboración.
Un documento que fija los pasos a seguir para fortalecer los servicios nacionales y regionales en materia de salud humana, animal y alimentaria; y promover la investigación sobre la zoonosis, para agilizar la detección de las enfermedades y llevar a cabo un control más exhaustivo de su transmisión, entre otros aspectos.
"Se pretende proporcionar una plataforma que convoque a las partes interesadas, tanto internacionales como nacionales, para que vean de manera conjunta las necesidades y los desafíos a los que se enfrentan través de la lente del One Health. Para así, organizar colectivamente una respuesta y evitar la duplicación de esfuerzos y el desperdicio de recursos", afirmó Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS para Europa, durante la presentación del acuerdo de colaboración.
Estos organismos manifiestan la importancia de que los profesionales unan sus fuerzas y compartan los conocimientos que vayan adquiriendo en cada uno de sus sectores.
La salud pública y animal, así como la sanidad alimentaria y la protección medioambiental deben coordinarse y apoyar el nuevo enfoque de One Health.
Es necesario que los datos epidemiológicos recogidos y la información sacada de las investigaciones en los laboratorios, se compartan con todos los sectores para poder identificar, responder y ser capaces de prevenir eficazmente los brotes de zoonosis y los problemas relacionados con los alimentos contaminados.
Según la OMS, "los funcionarios gubernamentales, los investigadores y los trabajadores de todos los sectores a nivel local, nacional, regional y mundial deben aplicar respuestas conjuntas a las amenazas sanitarias".
Por ejemplo, los datos recogidos sobre los virus de la gripe presentes entre los animales son esenciales para poder hacer una buena selección de los patógenos que servirán para elaborar las vacunas humanas que ayuden a prevenir las posibles pandemias de gripe que puedan surgir.
Además, otro de los aspectos que más preocupan dentro de este nuevo enfoque sanitario son los microbios que han desarrollado una resistencia a los fármacos.
Estos se transmiten principalmente entre animales y humanos, pero no solo a través del contacto directo sino también mediante productos alimenticios contaminados.
Por ello, para contener la transmisión de enfermedades que amenacen la salud pública es necesario, un enfoque bien coordinado entre los sectores sanitario, alimentario y medioambiental.
Ventaja frente a futuras pandemias
Es cierto que todavía que no se han resuelto las circunstancias que ocasionaron la aparición del coronavirus del SARS-CoV-2 en China, pero se sabe que es de origen animal y que la pandemia mundial resultante ha puesto de manifiesto que los daños ocasionados por el ser humano en los ecosistemas se pueden convertir en importantes amenazas para la salud pública.
Por ejemplo, esta también fue la razón de la aparición del Ébola, el H5N1, el Marburgo, el Nipah, el SARS, el VIH, el virus del Nilo Occidental o el Zika. Estos patógenos entraron en contacto directo con los seres humanos, o aparecieron en nuevas regiones, debido a los daños causados al medio ambiente en sus zonas de origen.
En concreto, la deforestación ha obligado cada vez más a los murciélagos a acercarse a zonas habitadas, mientras que la expansión agrícola mundial ha expuesto a los trabajadores a nuevas reservas naturales de patógenos y, a su vez, el cambio climático ha permitido al mosquito conquistar nuevos territorios.
Todos los años, fallecen alrededor de dos millones de personas debido a enfermedades zoonóticas desatendidas, la gran mayoría en países subdesarrollados o en vías de desarrollo. Y, a finales del año pasado, más de 5 millones de personas habían perecido a consecuencia de Covid-19 a nivel mundial.
"El contacto cada vez más frecuente de los humanos con nuevos entornos naturales, que son reservorios potenciales de patógenos, así como el comercio con animales salvajes, la concentración de especies salvajes y domésticas en cautividad, así como la cría intensiva en condiciones sanitarias deplorables en la periferia urbana, son factores que aumentan los riesgos de contaminación", apunta Gilles Kleitz, director del Departamento de Transición Ecológica de la Agencia Francesa por el Desarrollo.
Desde la ONU, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Preparación ante las Pandemias, recordaron la necesidad urgente de contar con sistemas de salud resistentes, sólidos e interconectados que lleguen a las personas y colectivos mas vulnerables.
En caso contrario, las pandemias futuras podrían superar los brotes anteriores en términos de intensidad y gravedad.
Sólo la llegada de una crisis sanitaria global y sus consecuencias, traducidas en millones de contagios y fallecimientos, han sido capaces de hacer reflexionar a la clase política de lo importante que es abordar los problemas sanitarios desde un punto de vista de 360 grados y con una perspectiva global. Pero, a pesar de todos los indicadores y de las recomendaciones de las principales organizaciones sanitarias a nivel global, la experiencia de estos dos últimos años de pandemia nos ha demostrado que las administraciones públicas no siempre siguen las indicaciones que marca la comunidad científica.
Por suerte, en España se están llevando a cabo grandes avances y esfuerzos en este sentido. Carolina Darias, ministra de Sanidad, ha mostrado su apoyo incondicional a este tipo de iniciativas sanitarias durante los últimos meses. En esta línea, afirmó que como ha quedado demostrado por la crisis provocada por la Covid-19, la salud humana, la salud animal y la salud ambiental están ínterconectadas. Y, añadió que "el enfoque One Health, la arquitectura multilateral y la perspectiva sindémica serán las claves que definirán la respuesta a futuras amenazas globales para la salud".