
Los avances tecnológicos han supuesto un auténtica revolución en todos los ámbitos, y el sector sanitario es, sin duda, uno de ellos. La salud, así como los entornos sanitarios, son esferas especialmente sensibles.
Tener a la tecnología como mejor aliado permite afrontar cambios muy significativos en la configuración de los servicios de salud, lo que repercute en la atención que reciben los pacientes, desde diagnósticos más exactos y rápidos, hasta tratamientos más eficaces o intervenciones quirúrgicas menos invasivas.
Es cierto que la pandemia de la covid-19 ha puesto todavía más de relieve la importancia de estas innovaciones en el ámbito de la salud. En palabras de Margarita Alfonsel, secretaria del Patronato de la Fundación Tecnología y Salud y secretaria general de Fenin -recogidas en el informe Covid-19. Construyendo un nuevo futuro. Reflexiones y Nuevos Retos, desde un Enfoque Clínico y Organizativo-, "nunca antes había sido tan patente el valor de la tecnología sanitaria y cómo ha impactado en nuestras vidas, aportando soluciones en el campo del diagnóstico, la prevención, el tratamiento y el soporte vital hacia los pacientes afectados por este virus, que ha irrumpido en nuestras vidas sin estar invitado a hacerlo".
La telemedicina garantiza una calidad asistencial a distancia
No obstante, desde mucho antes de la pandemia, ya eran perceptibles estas innovaciones en el ámbito sanitario. Una de ellas es la implantación de la telemedicina, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como "la prestación de servicios de atención sanitaria (en los casos en los que la distancia es un factor crítico) por parte de profesionales a través de la utilización de tecnologías de la información y la comunicación para el intercambio de información válida para el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de enfermedades, la formación continuada de los profesionales sanitarios, así como para la investigación y la evaluación, con el objetivo todo ellos de mejorar la salud de las personas y de sus comunidades".
Bajo este marco, el desarrollo de la telemedicina ha hecho que se pueda garantizar una calidad asistencial de gran nivel a los pacientes, sea cual sea la situación en cada momento. Evidentemente, durante el confinamiento, se ha valorado más que nunca esta prestación, pues hizo posible el seguimiento y la atención de muchas personas sin necesidad de que acudiesen de forma presencial a los centros sanitarios. Asimismo, ya es una realidad también la monitorización de pacientes a distancia. Por ejemplo, las personas que padecen insuficiencia cardiaca pueden ser controlados a través de la implantación de un chip que vigila los cambios en su presión arterial pulmonar.
En España, el Hospital Universitario de Bellvitge (L'Hospitalet de Llobregat, Barcelona) ha llevado a cabo varios ensayos y pruebas en este sentido. Una de ellas fue en el marco del ensayo clínico HERMeS y consistía en el seguimiento por telemedicina de pacientes con insuficiencia cardíaca crónica.
Otra muestra, un poco más reciente, es la prueba piloto llevada a cabo entre este hospital y el Hospital del Mar -e impulsada por la Fundación Catalana de ELA Miquel Valls- para probar la eficacia de la utilización de una app móvil de telemedicina (linkELA) en pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Avances en diferentes ámbitos
Además de la telemedicina y la monitorización a distancia, la tecnología tiene también un gran impacto en áreas como el diagnóstico, las intervenciones o los tratamientos. Por ejemplo, en campos como la neurología, los avances en la captación de imágenes de cráneo y de columna han hecho que se alcancen cotas más altas de precisión en los diagnósticos.
En oncología también se percibe esta influencia de la innovación. La biopsia líquida como alternativa a la tisular es una muestra de ello. La biopsia líquida permite que, a través de una analítica de sangre, se puedan buscar células cancerosas tumorales o trozos de ADN de estas células que circulan por la sangre. Esta prueba ayuda a detectar cáncer en fases tempranas y puede ser útil también a la hora de planificar el tratamiento, comprobar si ha sido eficaz o, incluso, averiguar si un cáncer volvió a aparecer después de un tiempo.
Por su parte, la cirugía robótica o cirugía robotizada -que consiste en realizar una intervención por medio de un robot controlado a distancia por el cirujano- posibilita que los profesionales tengan una mayor precisión y una mejor visualización.
Los avances en oncología facilitan el abordaje y tratamiento del cáncer
Otro ejemplo de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas lo encontramos en los aneurismas, es decir, una dilatación en la pared de un vaso sanguíneo. El hospital San Juan de Dios de Tenerife trata esta patología -concretamente, los aneurismas de aorta abdominal- con una variante percutánea para la implantación de una endoprótesis endovascular que requiere una mínima estancia hospitalaria.
Por su parte, desde el punto de vista de los tratamientos médicos, los avances permiten que se consiga una mayor personalización y que los protocolos sean más acertados. La terapia génica, aunque aún está en fase de desarrollo, permite corregir defectos en los genes para curar enfermedades. En los últimos años, la aplicación de la ingeniería genética al campo terapéutico ha supuesto una revolución en la forma de abordar las enfermedades genéticas, pues antes solo se podían tratar con tratamientos orientados a paliar sus síntomas.
Todo ello hace que la atención del paciente mejore, ya que ésta se vuelve más segura y confiable que antes, pero también es cierto que los avances tecnológicos en materia sanitaria mejoran también el trabajo a los profesionales. En este sentido, la digitalización permitió el registro y acceso, de forma electrónica y online, a los historiales clínicos, lo que facilita almacenar información nueva, así como comprobar que se están llevando a cabo los procedimientos adecuados. La integración y el análisis de los datos es, del mismo modo, otro avance significativo, pues ayuda a los médicos a interpretar mejor la información y elegir el tratamiento más eficaz para cada paciente, mejorando la asistencia sanitaria.
Asimismo, para alcanzar una gestión sanitaria de mayor calidad, es fundamental la conectividad entre los expertos. La tecnología permite, precisamente, que se puedan compartir datos entre diferentes centros y especialistas, lo que repercute en la optimización de los recursos y en la reducción de los costes.
Ayuda en la gestión de la pandemia
Como se mencionaba al comienzo del reportaje, las soluciones disruptivas de las que dispone el sector salud han sido un factor imprescindible para avanzar en la gestión de la pandemia por covid-19. De hecho, la tecnología ha posibilitado ganar tiempo, conocer mejor esta enfermedad, así como aliviar la carga asistencia de los centros hospitalarios.
Durante la pandemia, hemos podido presenciar cómo compañías de diferentes sectores se alineaban con los intereses del sistema sanitario. Por ejemplo, se hicieron públicos muchos prototipos de pantallas de protección facial o respiradores para avanzar en su fabricación y evitar el desabastecimiento.
La tecnología ha sido clave para avanzar en la gestión de la pandemia
Por su parte, conviene destacar también el lanzamiento de herramientas como la aplicación Radar COVID, diseñada y dirigida por la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Gobierno de España para ayudar a evitar la propagación del coronavirus. Esta app avisa al usuario de posibles contactos que haya podido tener, en los últimos 14 días, con una persona que haya resultado infectada, por medio de la tecnología bluetooth de bajo consumo.
Empresas tecnológicas como Apple o Google también colaboraron en 2020 en el rastreo de contactos de covid-19. Así, en mayo del año pasado, dieron comienzo a la primera fase de un proyecto que consiste en una interfaz de programación de aplicaciones (API) de Notificación de Exposición con la que las apps pueden interactuar.
Es cierto que no hay nada sencillo cuando se trata de enfrentarse a un virus desconocido pero si algo ha demostrado la tecnología en el último año es que sin ella todo hubiese sido mucho más complicado. Ésta es solo una de las lecciones que se pueden extraer tras vivir la que será, sin duda, una de las situaciones más inauditas jamás vivida. Queda, por lo tanto, por delante el reto de valorar la tecnología, y todas las herramientas digitales que pone al alcance, para hacer de la sanidad un ámbito innovador y en continuo desarrollo.