
Son muchos los factores que intervienen a la hora de convertir nuestro planeta en un lugar más sostenible y, por lo tanto, saludable. Una de las principales amenazas la encontramos en el cambio climático, un reto de mayúsculas proporciones y que, más allá de las medioambientales, supondrá profundas consecuencias económicas y sociales, en especial sobre la salud pública.
No en vano, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que la salud de millones de personas podría verse amenazada por el cambio climático debido al aumento de enfermedades. Y es que en la actualidad existe un consenso científico generalizado en torno a la idea de que la salud humana y el bienestar están íntimamente vinculados a la calidad ambiental.
La OMS también ha señalado que "la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero mediante mejoras del transporte y de las elecciones en materia de alimentos y uso de la energía pueden traducirse en mejoras de la salud, en particular a través de la reducción de la contaminación atmosférica". Es por todo ello por lo que plantear y ejecutar acciones concretas que contribuyan a luchar contra el cambio climático es, igualmente, contribuir al mantenimiento de la salud pública del presente y, sobre todo, de las generaciones futuras.
Ence – Energía y Celulosa, dentro de una visión integral de la sostenibilidad del planeta y sus recursos, apuesta decididamente por un nuevo modelo de bioeconomía, a través del suministro a la sociedad de energía verde con biomasa y de productos naturales y medioambientalmente responsables a base de celulosa. Con todo ello, contribuye a la lucha contra el cambio climático, y, en consecuencia, a la conservación y mantenimiento de la salud pública. La compañía, dentro de su compromiso con la acción por el clima, se ha puesto como meta la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de su actividad. En concreto, para 2025 se compromete a reducir un 25% las emisiones específicas de alcance 1 y 2 de sus biofábricas con respecto a 2018.
Ence se ha adherido a la Comunidad #PorelClima para acelerar la acción climática
Al mismo tiempo, es clave su papel en la descarbonización del modelo energético mediante la generación de energía renovable con biomasa y la valorización energética de restos agroforestales. Así, y gracias a la energía renovable generada por Ence en 2020, se han evitado la emisión de unas 677.000 toneladas de CO2.
Además de contribuir activamente a la mitigación del cambio climático con las citadas actuaciones, Ence, al igual que el resto de la industria forestal de nuestro país, juega un papel fundamental para alcanzar la neutralidad en España. Es así gracias a la función de captura y almacenamiento de carbono que realizan las plantaciones forestales, actuando como importantes sumideros. En consecuencia de todo ello, y para reforzar ese compromiso ambiental, Ence se ha adherido a la Comunidad #PorelClima, que busca acelerar la acción climática en los diferentes sectores de la sociedad.

Papel clave en la pandemia
Por otra parte, en el contexto actual de pandemia sanitaria, el papel clave de los productos celulósicos y de la energía renovable de Ence ha quedado patente a la hora de garantizar la salud y el bienestar de los ciudadanos. La actividad de la compañía durante los momentos más difíciles de la crisis sanitaria fue declarada como esencial, por su importancia a la hora de combatir la Covid-19, y ha contribuido a la lucha contra el coronavirus.
Por un lado, a través del suministro de celulosa para la elaboración de productos para uso higiénico, como papel higiénico, pañuelos desechables o servilletas. También para producir buena parte del material sanitario necesario, como es el caso de mascarillas, batas, apósitos o sábanas de papel para camillas. Estos productos han contribuido, y siguen haciéndolo, a que todos los trabajadores sanitarios hayan desarrollado su labor manteniendo las medidas de protección adecuadas, y a que los ciudadanos puedan cumplir las indicaciones de las autoridades en materia sanitaria.
Por otro lado, Ence ha colaborado a través de la generación de energía eléctrica, imprescindible para el funcionamiento de los centros médicos y hospitalarios, para la vida diaria de los hogares y para el mantenimiento de la actividad industrial esencial.
El compromiso con las personas de Ence se materializa, en definitiva, en un esfuerzo transversal de la compañía por garantizar la seguridad y la salud de su equipo humano y colaboradores, contribuir al esfuerzo sanitario realizado durante toda la crisis sanitaria del coronavirus y, en una visión más amplia, favorecer una transición ecológica hacia un modelo, el de la bioeconomía, sostenible y medioambientalmente responsable, que favorezca la salud pública de toda la sociedad.