La compañía ElPozo Alimentación apuesta firmemente por crecer a través del desarrollo de valor añadido aplicando la innovación como pilar fundamental de su actividad empresarial. Sirvan como ejemplos las dos últimas iniciativas desarrolladas en su amplia variedad de alimentos.
Por un lado, la marca líder del mercado de Salazón Ibérico en España, Legado Ibérico, según datos Nielsen, ha dado un paso al frente y es la primera en ofrecer a los consumidores la descripción del quinto sabor, umami, y un mapa de cata en sus jamones y paletas. El objetivo de esta innovación es facilitar, a través del consumo de sus productos, no sólo un sabor excepcional, sino también las herramientas necesarias para vivir una auténtica experiencia gastronómica.
Legado Ibérico innova con la finalidad de impulsar y favorecer una cultura del gusto más adulta, rica y compleja cuya bandera es la búsqueda del quinto sabor o umami.
Se dice que los seres humanos somos capaces de reconocer cinco sabores diferentes: amargo, salado, ácido o agrio, dulce, y umami. Este último sabor, el más difícil de describir, es todo un desconocido para muchas personas.
Desde pequeños nos enseñan que las papilas gustativas distinguen cuatro sabores: dulce, salado, amargo y ácido (o agrio). Pero hay un quinto, llamado umami, que en japonés significa "sabor delicioso, sabroso" -de la combinación de los términos umai (que quiere decir delicioso) y mi (que significa sabor)- y que fue descubierto por el científico Kikunae Ikeda, profesor de Química en la Universidad Imperial de Tokio.

El consumo de los jamones y paletas Legado Ibérico permite disfrutar del umami, la esencia del gusto, dado que, después de degustarlos, su sabor permanece y continúa durante un tiempo. Lo que sentimos cuando comemos estos alimentos es una sensación de absoluta plenitud en la boca.
Además de la descripción del quinto sabor, Legado Ibérico ha incorporado un mapa de cata en cada pieza que describe las características del producto. En líneas generales y, una vez probado, estos jamones se caracterizan por su gran sabor, con un veteado y brillo generoso. Destacan por sus matices a frutos secos con un ligero recuerdo a pan recién horneado y resultan particularmente sabrosos por la presencia de umami natural, propio de un buen jamón ibérico, que genera una sensación plena en boca y logra un apreciado equilibrio dulce-salado.
ElPozo Alimentación ofrece una gama innovadora de embutidos curados, con abundantes nutrientes claves para el sistema inmune
Legado Ibérico es la marca premium de ElPozo Alimentación, cuyo espíritu se centra en facilitar soluciones de alimentación al alcance de todos: un gourmet democrático. Su filosofía se basa en ofrecer al consumidor un producto homogéneo de altísima calidad, gracias a varios factores, como el hecho de que esta compañía dispone de ganadería ibérica propia, desarrolla piensos exclusivos enriquecidos con ácido oleico para optimizar la alimentación del animal y lleva a cabo un exhaustivo seguimiento de todo el proceso productivo, bajo estrictos controles de calidad a través de su sistema de Control Integral de Proceso, CIP, que supervisa todas las fases.
Por eso, los jamones y paletas Legado Ibérico tienen un perfil nutricional saludable, siendo cada pieza única, pero todas con la misma calidad y caracterizadas por ese color rojo intenso y gran veteado que aporta un sabor, textura y aroma inconfundibles.
Gama elaborada con probióticos
A esta iniciativa se une el lanzamiento de una gama de productos, con marca ElPozo, elaborada con probióticos, y que persigue favorecer la salud del consumidor.
En la sociedad actual, la aparición de enfermedades crónicas asociadas a la dieta y al estilo de vida suelen estar relacionadas con un mal funcionamiento del sistema inmunológico. Tanto es así que una alimentación desequilibrada, junto al estrés prolongado y una actividad física inadecuada son algunos de los factores más importantes y determinantes de la respuesta inmune.
Los consumidores demandan un modelo de dieta más saludable e indulgente, y son conocedores de la riqueza nutricional de los alimentos en base a proteína cárnica. Por eso, ElPozo Alimentación ha invertido varios años de investigación, en colaboración con diferentes organismos científicos, para poder ofrecer una gama innovadora de embutidos curados, con abundantes nutrientes claves para el sistema inmune y reforzados con probióticos para su elaboración.

En concreto, en el proceso de curación natural de estos embutidos se ha empleado un fermento probiótico, el Lactobacillus Rhamnosus que, junto a su contenido en hierro y vitaminas del grupo B, implicados en el buen funcionamiento del sistema inmunológico, y al aporte de proteínas y aminoácidos de alto valor biológico, le confiere un perfil nutricional ideal para reforzar nuestra vitalidad si es consumido de forma regular.
Así se desprende de los últimos estudios realizados junto al grupo de investigación en Nutrición y Bromatología de la Universidad de Granada, y cuyos resultados han sido publicados durante este último año en prestigiosas revistas científicas (LWT-Food science y Technology y Journal of Functional Foods). En ambos estudios se concluyó que "la ingesta de un nuevo salchichón con probiótico y la fermentación del mismo por la microbiota intestinal del colon produce una mejora significativa en diferentes marcadores del estado de salud, relacionados con el estado oxidativo e inflamatorio, la salud gastrointestinal y el sistema inmunológico".
La publicación de estos estudios supone el colofón al proyecto Avanza-S, que fue impulsado por el Ministerio de Economía y apoyado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), con el objetivo de promover la investigación y el desarrollo experimental de nuevos alimentos más saludables.
El objetivo de ElPozo Alimentación a la hora de abordar este lanzamiento ha sido el desarrollo final de nuevas matrices alimentarias que proporcionen al consumidor la ingesta adecuada de diversos nutrientes y fermentos naturales en el marco de una dieta equilibrada y variada, cumpliendo con los estándares de evidencia científica más cualificados, y todo ello con el propósito de poder contribuir a proteger la salud del consumidor a largo plazo.
En concreto, se trata de una gama de cinco productos: salchichón y chorizo de pavo, así como salchichón, chorizo y salami de cerdo, bajo el distintivo Nobleza. Estos productos, tan arraigados a la cultura y a la dieta mediterránea, mantienen todas sus cualidades organolépticas tradicionales en cuanto a sabor, textura o color, por lo que siguen representando un legado de diversidad cultural, gastronómica y hedónica, pero ahora también con un valor nutricional mejorado. En este sentido, la utilización de fermentos probióticos, especialmente para la elaboración de productos cárnicos curados, ofrece una clara oportunidad para conseguir nuevas propuestas más saludables.

En este punto conviene puntualizar que los probióticos son microorganismos vivos que, tras ser ingeridos en cantidades adecuadas, mejoran el equilibrio de la flora intestinal, proporcionando beneficios para la salud. Cuando llegan al aparato digestivo, los probióticos viables y activos permanecen adheridos a la mucosa intestinal para desarrollar diversas funciones, manteniéndose incluso con vida después de ser evacuados. En la actualidad, estos fermentos tienen una gran relevancia para la salud a nivel mundial, ya que son numerosos los estudios que han demostrado efectos beneficiosos para el ser humano. Así, favorecen el equilibrio de la microflora intestinal, la estimulación del sistema inmune, la competencia contra patógenos o la mejora de la digestión, entre otros.
Los productos cárnicos curados/fermentados tienen un perfil nutricional muy característico. Se recomienda un consumo moderado, siempre formando parte de una dieta equilibrada y siguiendo un estilo de vida saludable. Son una fuente natural de nutrientes tan importantes como proteína y aminoácidos esenciales, nucleótidos, selenio, cinc, hierro y vitaminas B12 y B6.
Existe una amplia evidencia sobre la relación entre los aminoácidos y el sistema inmunitario y se han encontrado datos sobre cómo los nucleótidos de la dieta modulan el sistema inmunitario tanto a nivel intestinal como sistémico.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) reconoce que ciertos micronutrientes como el cobre, el folato, el hierro, el selenio, el zinc o las vitaminas A, B6, B12, C y D participan en el correcto funcionamiento del sistema inmunitario.