
Cuando se habla de los avances que marcarán la ciencia y la atención sanitaria en los próximos años, no hay duda de que todas las miradas dentro del sector médico se dirigen hacia la medicina personalizada y de precisión (MPP).
Se trata de una modalidad dentro de la medicina que trata de adaptar los tratamientos médicos a las particularidades de cada paciente. ¿Y cómo lo hace? Integrando datos genómicos -es decir, procedentes del material genético- y de otras ciencias ómicas con los propios datos clínicos del paciente y su entorno, con el objetivo final de ofrecerle terapias, intervenciones y tratamientos adaptados a sus características. Un trabajo que ya se está abordando en países como Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Francia o Alemania, entre otros.
En nuestro país, la Fundación Instituto Roche es uno de los organismos que más contribuye a hacer realidad la MMP. La difusión de información acerca de esta práctica clínica permite una mayor movilización y concienciación, y un mayor conocimiento por parte de la sociedad.
Las CCAA ya contemplan la aplicación de la MPP en sus planes de salud
De este modo, como se extrae de su informe Medicina Personalizada de Precisión en España: Mapa de Comunidades, "la MPP supone un cambio de paradigma en la asistencia sanitaria y favorece intervenciones médicas preventivas, diagnósticas y terapéuticas más eficaces y seguras, ofreciendo la oportunidad de evitar gastos innecesarios y contribuyendo a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios".

Precisamente, durante la segunda edición de la jornada Anticipando la Medicina del Futuro -que tuvo lugar en diciembre en Madrid-, el doctor Ángel Carracedo, director de la Fundación Pública Gallega de Medicina, señaló la importancia de estas disciplinas: "Las ciencias ómicas se centran en el estudio de las proteínas, el ARN o el microbioma, entre otros muchos aspectos que influyen en la salud y que no son parte del genoma. Su estudio será clave para desplegar todas las posibilidades que ofrece la MPP".
De manera concreta, algunas de las áreas donde hasta el momento tienen un mayor impacto las ciencias ómicas son las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades inmunes e infecciosas, las enfermedades neurológicas, las enfermedades metabólicas y nutrición, las enfermedades raras y el envejecimiento saludable.
Asimismo, su contribución tiene aplicaciones en acciones específicas como, por ejemplo, la identificación y clasificación de nuevas enfermedades; el diseño de programas de identificación de individuos de riesgo; el diseño de programas de prevención y diagnóstico precoz; el desarrollo de test de predicción de riesgo; la identificación de nuevos biomarcadores de diagnóstico, pronóstico y tratamiento; la identificación de nuevas dianas terapéuticas; el desarrollo de terapias dirigidas; la monitorización de la respuesta al tratamiento; o la detección precoz de recaídas.

Sin embargo, además de las ciencias ómicas, otras tendencias disruptivas claves en el desarrollo de la MPP son también la bioimpresión y el big data. En el caso de la bioimpresión -como se recoge en el informe Bioimpresión en la medicina del futuro, de la Fundación Instituto Roche-, "permite fabricar tejidos que pueden utilizarse, por un lado, para reemplazar estructuras enfermas, dañadas o envejecidas y, por otro, para sustituir a los modelos animales en los estudios farmacológicos o en la generación de modelos de enfermedades". Es por eso que la bioimpresión de piel es el área donde los expertos ven más patente la aplicación de esta tecnología.
Por su parte, en el caso de la herramienta conocida como big data, permite analizar una gran cantidad de datos de forma novedosa. Hasta ahora, los sistemas convencionales de almacenamiento y análisis han permitido extraer información, pero el crecimiento de los datos ha sido tal en los últimos años que se ha acrecentado la necesidad de herramientas más potentes.
La bioimpresión y el big data también son claves en la medicina del futuro
De hecho, durante la jornada Anticipando la Medicina del Futuro, el doctor Pablo Lapunzina, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras, señaló que "el análisis de los datos en salud aportará nuevas oportunidades y aplicaciones en todos los campos de la medicina, desde la investigación hasta la práctica clínica y salud pública; pero su uso plantea retos, tales como la gestión de la ingente información disponible o la formación de los profesionales para afrontar la enorme transformación digital que implica el big data sanitario".
No obstante, no sólo la aplicación de esta tecnología plantea retos. Los diversos agentes implicados en la medicina personalizada de precisión insisten en la necesidad de disponer de un plan estatal para su implantación en el ámbito asistencial. Del mismo modo, muchos expertos abogan también por una mayor actualización por parte de los médicos de Atención Primaria. Múltiples desafíos que, en definitiva, tratan de poner de relieve el todavía muy necesario avance en esta práctica clínica.