
Es muy frecuente preguntarnos si hemos cerrado la puerta de casa a los pocos minutos de haber salido. Lo mismo sucede con los coches, donde las acciones más repetidas en nuestro país son cuestionarnos si hemos dejado las luces encendidas y si hemos puesto la llave para evitar robos.
A pesar de que para muchos españoles y españolas es solo una duda que se esfuma en cuestión de segundos, para otros puede convertirse en un verdadero duelo, es decir, un problema que afecta a su día a día, sin importar sus circunstancias, y agota toda su energía mental.
En profundidad
De hecho, según los expertos, este comportamiento podría tener una explicación en cómo funciona nuestro cerebro y, en casos más extremos, estar relacionado con trastornos de ansiedad como el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Lo cual ha generado cierto debate en las redes sociales.
Sorprendentemente, el psicólogo Adam Radomsky ha desvelado en una investigación publicada en Journal of Obsessive-Compulsive and Related Disorders que esta necesidad de comprobar repetidamente si hemos cerrado la puerta está muy vinculada al miedo a perder el control.
Más detalles
Al parecer, los individuos que temen perder el control sobre todas sus acciones tienden a involucrarse en comportamientos repetitivos, como el de verificar si una puerta se encuentra cerrada. Este miedo, sin duda alguna, genera una compulsión por revisar y controlar situaciones que ya están bajo el control.
"Hemos demostrado que todas las personas que temen perder el control tienen una mayor tendencia a involucrarse en comportamientos de control de manera más frecuente", ha manifestado de manera contundente Radomsky, coautor del estudio.
A tener en cuenta
Para quienes solo lo experimenten de manera esporádica, existe un truco sencillo para reducir esa incertidumbre: prestar atención plena en el momento de cerrar la puerta. Es más, podemos ayudarnos de grabar un vídeo para cerciorarnos o bien apuntarlo en el teléfono móvil.
En cambio, cuando se vuelve un patrón repetitivo que nos genera malestar, puede ser indicativo de trastorno de ansiedad. Por ejemplo, las personas que padecen TOC experimentan pensamientos intrusivos y sienten una fuerte necesidad de controlar su entorno. Ahí es recomendable buscar apoyo de un profesional.