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"Te desmayas y te ahogas": cómo evitar sufrir un corte de digestión si entras a una piscina

Explicación del corte de digestión | Firma: iStock

El debate sobre si el corte de digestión tras una comida copiosa es un mito o una realidad ha sido ampliamente discutido. En un video reciente, un profesional sanitario aborda este tema, destacando que lo peligroso no es la digestión en sí, sino el riesgo de hidrocución al entrar bruscamente en agua fría después de estar al sol.

¿Qué es la hidrocución?

La hidrocución es un fenómeno que ocurre debido a un cambio brusco de temperatura. Cuando una persona que ha estado expuesta al sol entra repentinamente en agua fría, los vasos sanguíneos se estrechan, reduciendo el flujo sanguíneo al cerebro. Este choque térmico puede causar una caída drástica de la presión arterial, llevando a un desmayo y, en casos extremos, a un fallo respiratorio o cardíaco, e incluso a la muerte. Este proceso es independiente de la cantidad de comida ingerida, pero el acto de comer puede hacer que una persona se sienta más pesada y menos capaz de reaccionar rápidamente.

Mito del corte de digestión

El corte de digestión, tal como se entiende popularmente, no se produce simplemente por nadar después de comer. La digestión es un proceso interno que no se ve interrumpido por la actividad física moderada como nadar. El verdadero peligro reside en la hidrocución, que puede ocurrir independientemente de si se ha comido mucho o poco.

La "técnica de la abuela"

Para evitar la hidrocución, se recomienda seguir una técnica sencilla pero efectiva, conocida como la técnica de la abuela. Esta técnica consiste en mojarse gradualmente antes de entrar al agua, comenzando por las extremidades y las zonas sensibles como la cara, las axilas y las ingles. Al hacerlo, el cuerpo se aclimata lentamente a la temperatura del agua, reduciendo el riesgo de un choque térmico.

  1. Mojarse la cara y la cabeza: Esto ayuda a preparar el cuerpo para el cambio de temperatura.
  2. Mojar las axilas y las ingles: Estas áreas tienen una alta concentración de vasos sanguíneos, y mojarlas ayuda a reducir el impacto del cambio de temperatura.
  3. Mojarse los brazos y las piernas: Progresivamente ir mojando el resto del cuerpo hasta estar completamente empapado.
  4. Entrar al agua lentamente: Evitar saltar de golpe al agua fría, especialmente después de haber estado expuesto al sol.

Importancia de la gradualidad

Independientemente de la cantidad de comida ingerida, la clave está en cómo se entra al agua. Hacerlo gradualmente permite que el cuerpo se adapte al cambio de temperatura sin causar un choque térmico. Esta precaución es especialmente importante en niños y personas mayores, quienes pueden ser más susceptibles a los efectos de la hidrocución.

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