
Los llamados "malos hábitos" muchas veces se vinculan a los rasgos de una persona, como puede ser comer alimentos pocos saludables, el sedentarismo, la falta de higiene, el consumo excesivo de alcohol o tabaco, la procrastinación o una mala higiene del sueño. No obstante, en muchos casos existen factores psicológicos que son los principales detonantes de estos hábitos, lo que podría ser el primer paso para lograr cambiarlos.
Así lo explica Miriam Salinas, terapeuta especializada en ansiedad y alimentación desordenada, a través de una de sus últimas publicaciones: "A veces tus 'malos hábitos' son una respuesta al trauma". Estos hábitos perjudiciales para la salud son estrategias de afrontamiento ante experiencias adversas, por lo que la desregulación del sistema nervioso autónomo (SNA) y alternaciones cerebrales inducidas por el trauma pueden manifestarse de diferentes formas, como es: acostarse tarde, utilizar el móvil, aislarse, el cansancio crónico, el excesivo perfeccionismo o la "verbosidad".
"Te acuestas tarde porque es el único momento en el que sientes paz", explica la terapeuta. Esto que aparentemente es inofensivo, puede ser un ejemplo de cómo las experiencias del pasado pueden alterar los ritmos naturales del cuerpo. El estrés y la ansiedad del día a día hace que haya una constante sensación de "alerta", sin dejar espacio para el descanso, de ahí que la noche sea el único momento en el que la mente "descansa".
Uso excesivo del móvil
Otro patrón común es la utilización excesiva del teléfono móvil: "Pasas horas en el teléfono porque prefieres eso a enfrentarte a tus pensamientos". Este fenómeno podría estar relacionado con los pensamientos intrusivos, aquellos que aparecen en tu cabeza por sí solos o por la situación en la que te encuentras, y eliminarlos de la mente se vuelve algo particularmente difícil. Algunas distracciones pueden ayudar de forma momentánea, pero no suponen una solución real.
Muy relacionado con el uso del teléfono móvil de forma individual está el aislamiento social en general. "Te aíslas cuando te sientes abrumada porque aprendiste que era más seguro enfrentar las cosa solx", explica la experta. En entornos sociales que se sienten como incómodos el aislamiento se convierte en una forma de protegerse, más allá de una elección propia.
¿Eres perfeccionista?
El perfeccionamiento extremo también es muy común en las personas que cargan ciertas afecciones psicológicas: "Eres perfeccionista porque es la única forma en la que sientes que tienes el control", describe en su publicación. La necesidad de llevar a cabo todo de la mejor forma posible supone una forma de evitar la incertidumbre.
Por este motivo, si se observa que se presentan alguna o varias de estas conductas de forma muy prolongada en el tiempo, lo más recomendable es solicitar la ayuda de un profesional. "Conocer su origen traumático es clave para una intervención terapéutica informada".
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