
Lisa Mosconi. Para muchos, un nombre bastante desconocido. Ahora bien, para otras personas es una de las investigadoras más reputadas del planeta. Y no es para menos: se trata de una experta en neurología, directora de la Weill Cornell Women's Brain Initiative.
¿Y por qué es tan relevante? Está claro: ha dedicado los años de su carrera en estudiar y comprender el cerebro de la mujer. Entre otras cosas, ha investigado por qué existe una mayor incidencia de Alzhéimer en mujeres que en hombres. Sobre esto, ha descubierto que la alimentación es fundamental en la salud cerebral.
En profundidad
En su libro 'Brain Food', la doctora se ha 'metido de lleno' en las necesidades nutricionales, ya que "nuestro cerebro funciona literalmente a base de nutrientes". Sin embargo, en este contexto cabe destacar que hay alimentos que favorecen el cerebro y otros que pueden acelerar su deterioro.
Precisamente sobre estos últimos, la neuróloga ha desvelado ciertos tipos de alimentos que podrían acelerar la pérdida de la memoria y el deterioro de las funciones cognitivas. A pesar de que la gran mayoría son reconocibles -e incluso obvios-, estos forman parte de la dieta diaria de las personas.
Más detalles
En primer lugar, ha señalado los alimentos ultraprocesados (pizza, patatas fritas y bebidas carbonatadas). Estos contienen una gran diversidad de aditivos, grasas y azúcares procesadas en la industria. Además, tienen un importante impacto en la memoria, siendo responsables directos de la aparición de diversas enfermedades metabólicas.
En segundo lugar, ha encontrado los alimentos fritos. Pasados por altas cantidades de aceite, sobre todo grasas saturadas y trans, estos ingredientes son perjudiciales para el cerebro, puesto que no favorecen la circulación sanguínea. Si el flujo de sangre no llega al motor cerebral, se reduce significativamente la capacidad de almacenar la información.
De igual manera, tener una dieta regular con grandes cantidades de azúcares podrían dañar tu salud cerebral. Sin embargo, las investigaciones también ofrecen puntos positivos al consumo de azúcar, debido a que la glucosa es una de las fuentes principales de energía del cerebro.
En paralelo, tampoco hay que olvidarse de los edulcorantes artificiales. A pesar de que se ofrezcan como alternativas más dietéticas, estos también tienen un impacto negativo en el cerebro.