
Hitos como la publicación de las sanciones y mediaciones a las compañías en 2007 o el registro de los pagos en metálico o especie que reciben los profesionales y organizaciones de forma individualizada desde 2018, convierten el Sistema de Autorregulación de la Industria Farmacéutica en un modelo de transparencia en el mundo y también en una ventaja competitiva para el sector, defiende José Zamarriego en esta entrevista. Las colaboraciones económicas entre la industria farmacéutica y los agentes del sector en formación continuada, investigación o el patrocinio y organización de congresos alcanzaron los 657 millones de euros en 2024, según los datos publicados por la patronal.
¿Cómo han cambiado las relaciones entre las compañías y los agentes del sector estos 20 años?
En este tiempo se ha producido un proceso de transformación y concienciación desde la industria y los grupos de interés que trabajan con la industria en disponer de un modelo de actuación que pueda ser verificado a través de un proceso de buenas prácticas. Estamos en un sistema en el que tienes la responsabilidad de demostrar la intencionalidad de la acción previa a su ejecución, que es lo que hoy denominamos compliance; y lo que el sistema de autorregulación hace es, precisamente, ver cómo puedes generar un escenario donde la toma de decisiones se encuentra dentro de la legislación vigente.
¿Delegar la vigilancia del patrocinio de congresos en el sistema de autorregulación es la prueba del nivel de confianza alcanzado?
Es la consecuencia de que han verificado que nuestro sistema de autorregulación actúa con rigor en la evaluación de los eventos en las reuniones científico-profesionales y han delegado, a través del convenio firmado, ese nivel de supervisión, evaluación y control a la Unidad de Supervisión manteniendo, por supuesto, ellos sus competencias. Pero demuestra que sí se ha generado la confianza para acreditar que se hacen las cosas bien. Esta transformación se basa en que desde las compañías han implementado unas políticas que les permiten incorporar aquello que viene en el Código en todo su articulado. Porque una cosa son reuniones científico-profesionales, pero también se trata de cómo hacer una promoción de medicamentos de prescripción conforme a la legislación vigente, de forma responsable, o todo lo relacionado con donaciones, prestación de servicios, muestras gratuitas, entorno digital, relaciones con organizaciones de pacientes o transparencia. Es decir, esto ha sido una evolución que hemos ido haciendo y anticipándonos a las necesidades del regulador.
¿Qué ventajas competitivas ofrece para una compañía operar bajo un sistema de autorregulación con reglas de juego tan claras?
Ser predecibles y actuar con rigor es muy importante. España tiene el reconocimiento de ser el primer país de destino a nivel europeo en congresos científico-profesionales. Hemos conseguido crear una predictibilidad en cómo deben de actuar las organizaciones importantes a nivel europeo que organizan congresos y que ven a España como un lugar ideal para poder celebrarlo bajo muchas circunstancias. Además, nosotros siempre estamos a su disposición y, de hecho, nos interrelacionamos con estas grandes sociedades científicas a la hora de ayudarles a hacer las cosas de tal manera que cumplan con la legislación vigente en España.
¿Cuántos congresos científicos se celebran al año en España?
En 2023, hemos estado cercanos a una supervisión de reuniones científico-profesionales, tanto organizadas por la industria como de terceros, que casi alcanza los 2.500.
Las autoridades admiten verse obligadas a hacer un esfuerzo de vigilancia con las compañías no adheridas al Código. ¿Qué están haciendo al respecto?
Tenemos la figura del adherido para quien, no siendo miembro de la asociación, pueda ser miembro del sistema de autorregulación. Siempre reivindicamos que la forma de abordar este sistema desde la unidad de supervisión es integral. Con independencia de que la empresa esté en Farmaindustria o adherida, si se detecta algo que va contra la normativa vigente, lo ponemos en conocimiento de las autoridades sanitarias competentes; es decir, no nos quedamos con los brazos cruzados, porque nuestra responsabilidad es que se opere bajo las mismas condiciones y que, al menos, se respete como mínimo la ley. Luego nuestro sistema de autorregulación va más allá en algunas cosas, porque tiene otra serie de elementos, por ejemplo, la transparencia de las transferencias de valor, que es un elemento voluntario, y eso las otras compañías no lo hacen.
¿Tiene equivalente en otros sectores la declaración de los pagos de las compañías a profesionales sanitarios o organizaciones?
No hay ningún otro sector que tenga un nivel de transparencia y de gestión con órganos de control de la naturaleza que tenemos nosotros, no solamente en lo relacionado con las transferencias de valor, sino también en cómo se transparentan las resoluciones y los casos de mediación. Ayudamos a que se entienda cuando se hacen las cosas mal, publicando las resoluciones de autocontrol y los propios acuerdos de mediación. Es un sistema que no tiene parangón en ningún otro sector de la economía en España.
¿Es también un referente en Europa?
Lo es, por varias razones. En primer lugar, por el nivel que tenemos de conocimiento, comunidad y supervisión a través de los sistemas de comunicación en tres áreas muy importantes: reuniones científico-profesionales, estudios e investigación de mercado y prestación de servicios. No hay parangón en Europa en este tema. Y, a nivel europeo, somos el único país que podemos transparentar las transferencias de valor a profesionales sanitarios a nivel individual, con nombre y apellidos. Es decir, nominativamente, precisamente por el informe de la Agencia Española de Protección de Datos, que valida el hecho de que el interés general prevalece sobre el interés individual.
¿Cuál sería el mapa de riesgo de malas prácticas en un ámbito como la promoción de los medicamentos o patrocinios?
Es una pregunta muy interesante, porque lo primero que se hace cuando estás dentro de un sistema de gestión de compliance es elaborar un mapa de riesgos a los que te enfrentas. Por ejemplo, si invitas a un médico que vaya a un congreso, ¿es legítimo? Sí, siempre y cuando puedas acreditar que ese médico tiene ese nivel de necesidad, de expertise para poder atenderlo, que el idioma sea el adecuado, que cumple con los estándares de hospitalidad que corresponde. Es decir, toda una serie de elementos que ayuden, en esa gestión de los conflictos de intereses, a hacer una evaluación de que no es un incentivo indebido. Y otra cuestión también importante es ver este tipo de relaciones. Cuanto más dinero o transferencias de valor pueda haber, mayor nivel de riesgo puedes tener, porque puede constituir un incentivo indebido. Se puede meter en esta categoría todos aquellos tipos de transferencias de valor que se hacen de forma directa o indirecta. Y luego, además, un mapa de riesgos importante es que todos los materiales promocionales que se hagan de los medicamentos cumplen una serie de requisitos que vienen tasados. La normativa en esto es muy clara, y además existe la necesidad por parte de estos laboratorios de entregar estos materiales promocionales a las autoridades sanitarias competentes. Es decir, el nivel del mapa de riesgos es muy extenso.
¿Cuántas denuncias ha interpuesto la Unidad contra los laboratorios por incumplimiento del Código en 2024?
El año pasado interpusimos una denuncia. Las denuncias para nosotros no son un objetivo, porque nuestro objetivo es la prevención. Y aquí sí que tenemos más de mil acciones preventivas.