Salud Bienestar

Los trastornos cerebrales tienen un impacto económico de 83.600 millones en España

  • Más de 21 millones de personas en nuestro país sufren algún tipo de problema neurológico
  • Nace el Plan Español del Cerebro para afrontar esta emergencia nacional
Los trastornos mentales son uno de los mayores desafíos de salud pública del siglo XXI

Más de 21 millones de personas en España sufren algún tipo de trastorno cerebral, lo que supone el 43% de la población, un 2% mayor que en el resto de Europa. Estas enfermedades son, de hecho, la primera causa de discapacidad y la segunda de muerte en el país, y su impacto económico se estima en más del 8% del PIB, incluyendo costes sanitarios directos, pérdidas de productividad y sobrecarga para cuidadores.

Son algunas de las cifras que se han presentado hoy en el lanzamiento del Plan Español del Cerebro (PEC), una iniciativa del Consejo Español del Cerebro para afrontar uno de los mayores desafíos de salud pública del siglo XXI.

Esta entidad, que agrupa a sociedades científicas, asociaciones de pacientes, investigadores, profesionales sanitarios e industria desde 2009, tiene como objetivo situar la salud cerebral y la investigación en neurociencias como una prioridad estratégica nacional.

En las tres últimas décadas se ha incrementado un 59% el coste de las enfermedades mentales, ha afirmado la doctora Mara Dierssen, presidenta del Consejo Español del Cerebro. "El cerebro es nuestro bien más preciado. Sin salud cerebral no hay bienestar, no hay autonomía, no hay innovación. Y sin investigación no hay futuro", ha asegurado la experta. "Es urgente que el Estado asuma un liderazgo claro para garantizar que ninguna persona quede atrás por motivos geográficos, económicos o sociales". En su opinión, "la inversión en salud cerebral hay que dimensionarla a su impacto real".

Esta especialista insta a sumar esfuerzos para "reducir las diferencias territoriales, que están generando situaciones de inequidad" y subraya que los recursos de prevención están por debajo de países de nuestro entorno, así como los fondos dedicados a la investigación y ciencia. "Tenemos que hablar las enfermedades cerebrales, tanto neurológicas como psiquiátricas, que son producto de nuestra dotación genética y nuestro entorno", ha asegurado.

Cinco ejes de acción

La estrategia presentada plantea una transformación del abordaje de las enfermedades cerebrales en España a través de cinco ejes prioritarios que inciden en la necesidad de disponer de datos y evaluación del impacto. Para ello proponen la creación del Observatorio Ibérico de Patología Cerebral, con el fin de medir el impacto económico y analizar el coste-beneficio de intervenciones.

El segundo eje incide en la atención clínica equitativa y sostenida a través de la puesta en marcha de protocolos nacionales para reducir desigualdades entre comunidades autónomas, la atención temprana y el seguimiento a largo plazo con integración de servicios sanitarios, sociales y educativos.

Impulsar la investigación neurocientífica a través de un incremento sustancial de financiación, la creación de una infraestructura nacional de investigación del cerebro (biobancos, plataformas de datos, bancos de cerebros) y la reducción de barreras burocráticas para ensayos clínicos y fomento de modelos innovadores como los "n=1" es la tercera prioridad del Plan nacional.

También se aboga por por poner en marcha programas de promoción y prevención de la salud cerebral a través de campañas públicas sobre factores de riesgo y autocuidado cerebral, así como la formación especializada para profesionales sanitarios, especialmente en atención primaria, con la inclusión de la salud cerebral en el currículo escolar.

Por último, se promoverá una mayor participación del paciente y la sociedad para contar con una mayor implicación de pacientes y cuidadores en decisiones de investigación y políticas.

"El Plan Español del Cerebro no es solo un documento estratégico: es un compromiso con millones de personas afectadas por enfermedades neurológicas y mentales en nuestro país", ha señalado la doctora Dierssen. "Queremos una España donde la salud cerebral sea un derecho y no un privilegio, y donde la investigación sea una prioridad sostenida, no una excepción puntual", ha añadido.

Alineamiento con la OMS y el entorno europeo

El Plan se enmarca dentro de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que reclama a los países miembros estrategias nacionales para afrontar los trastornos neurológicos, y se alinea con los principios del European Brain Council, del cual el CEC es miembro activo.

Mara Parellada, presidenta de la Comisión Nacional de Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia, ha alertado de la urgencia del problema y los escasos recursos invertidos. "Tenemos peores servicios de continuidad asistencial y también de cuidado, cuando los trastornos mentales son la primera causa de discapacidad, la segunda causa de muerte y el creciente riesgo de suicidio en España", ha advertido.

Por su parte, Álvaro Hidalgo, presidente de la Fundación Weber, ha recalcado que la carga de las enfermedades relacionadas con el cerebro va en aumento en todo el mundo. "Desde 1990 se ha registrado un incremento del 18% del volumen total de discapacidades, enfermedades y muertes prematuras causadas por afecciones neurológicas", ha señado. También ha reclamado "una nueva métrica de capital cerebral", un enfoque emergente, según ha explicado, que subraya la importancia de la salud y las habilidades del cerebro humano para el éxito económico, la innovación, el bienestar social y la capacidad de adaptación de las sociedades del siglo XXI.

El acto ha contado, además, con la participación institucional de Eva Ortega Paíno, secretaria general de Investigación del Ministerio de Ciencia Innovación y Universidades; Pedro Gullón, director de Salud Pública del Ministerio de Sanidad; y Tomás Cobo Castro, presidente de la Organización Médica Colegial.

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