
QuickSmile, fabricante de tratamientos de ortodoncia invisible, reforzará su presencia en España. La compañía está negociando con las grandes cadenas dentales para vender su producto en sus clínicas. El primer acuerdo lo firmará después del verano – entre septiembre y octubre -, según indica el cofundador y CEO de la entidad, César Moreno, a elEconomista.es. "Estamos bastante cerca de ponernos de acuerdo", afirma.
QuickSmile es el único productor español de este tipo de tratamientos. "Nuestro producto les gusta mucho a las cadenas y todas se están acercando a hablar con nosotros", dice Moreno. Los nombres que suenan son Sanitas y Donte Group, entre otros. Asimismo, "lo que pasa es que las franquicias buscan apretar fuerte con los precios. Somos una start-up rentable y tenemos que mirar mucho con quién nos asociamos y si lo que nos va a traer es mucho volumen con poco margen", explica el director ejecutivo.
En la actualidad, vende su ortodoncia invisible a 1.300 ortodoncistas de clínicas particulares – el pilar de su negocio – o de pequeños grupos dentales (poseen menos de una decena de clínicas) en el país. En otras palabras, tiene el 12% de la cuota de mercado. "Tenemos un porfolio de clientes superdiversificado y capilarizado", dice César Moreno.
Para este año, el plan estratégico de QuickSmile es seguir creciendo en España, un mercado potencial de 70 millones de euros, según estimaciones de la entidad. La compañía prevé poseer el 20% del negocio en doce meses. "Hasta que todos los ortodoncistas trabajen con ortodoncia invisible y ningún caso se haga con brackets, hay mucho trabajo que hacer", dice el director ejecutivo.
"Hasta 2017 solo estaba en el mercado Invisalign, que era la compañía que tenía la patente de esta tecnología. Entonces, nació la industria de la ortodoncia invisible", explica el CEO. De hecho, hoy en día, el mercado está compuesto por cuatro agentes. "Desde que nacimos vamos duplicando la compañía cada año", añade.
Asimismo, Moreno resalta que hay muchas oportunidades de mercado fuera de España. "Somos cuatro marcas para dar el servicio y es imposible cubrir todo el territorio", dice. QuickSmile tiene clientes puntuales en Italia, Países Bajos, Irlanda y Portugal. La primera y última región mencionado tienen un negocio muy parecido a este país.
QuickSmile fabrica sus ortodoncias invisibles en la planta de Madrid que posee desde 2023. En la actualidad, tiene la capacidad de producir un millón de alineadores al año. Asimismo, la compañía va a seguir invirtiendo en la instalación, concretamente mejorando las máquinas. Hoy en día, hay entre 12 y 15.
Desde su creación, la compañía ha realizado dos rondas de financiación. Una en 2019 en la que participaron 13 business angels del sector dental; y otra tres años después. En esta entraron siete nuevos accionistas y levantaron 1,7 millones.
Esta cuantía se utilizó para expandir el equipo de marketing y ventas. "Después hemos conseguido ser rentables y desde hace tiempo generamos caja. Las inversiones que estamos haciendo las autofinanciamos", explica Moreno. Este año ampliará un 50% el equipo y doblará los delegados en las zonas en las que ya tiene presencia.
En el primer trimestre de 2025, QuickSmile facturó 1,2 millones y empezó a dar beneficios. De hecho, estima terminar el año con seis millones en ingresos, el doble que el año anterior, y con unas ganancias de hasta 500.000 euros, según indica el CEO.
Un mercado en crecimiento
La ortodoncia invisible es una de las industria que más está creciendo en el mundo. De hecho, se incrementa un 25% anualmente. Uno de las causas es que cada vez las personas son más conscientes de que hay una alternativa a los brackets tradicionales.
Además, cada vez son más los agentes que ofrecen este tipo de tratamientos. En la actualidad, Invisalign lidera el mercado. También están Spark, que pertenece al holding americano Envista; y la china Engenaliner.