Salud Bienestar

El infradiagnóstico e incumplir con las dosis lastran al paciente con colesterol

  • La mitad de la población española tiene hipercolesterolemia.
  • Muchos pacientes no cuentan con un diagnóstico o no están tratados 
La mitad de la población padece hipercolesterolemia
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La mitad de la población padece hipercolesterolemia, según la Fundación Española del Corazón. No todas las personas requieren medicación. A veces basta con un simple buen estilo de vida. No obstante, en el caso de que necesiten tratamiento, existe una amplia oferta. Sin embargo, en la actualidad, existen una serie de necesidades no cubiertas: infradiagnóstico y poca adherencia.

El colesterol es una sustancia cerosa y parecida a la grasa que está en todas las células del cuerpo. Si el paciente tiene demasiado colesterol en la sangre puede combinarse con otras sustancias en la sangre y formar placa que se pega en las paredes de sus vasos sanguíneos.

Hay dos clases de colesterol principalmente. Comúnmente se conocen como el colesterol bueno (HDL) y el malo (LDL). "Es lo mismo, pero lo que importa es la dirección hacia dónde va. Las partículas del LDL lo transportan desde el hígado a las células; y el HDL lo retira y lo lleva al hígado", explica el adjunto del servicio de endocrinología del Hospital Puerta de Hierro (Majadahonda), Miguel Brito.

El malo es el que más preocupa. Puede provocar arteriosclerosis y después eventos cardiovasculares como, por ejemplo, infarto de miocardio (se producen 120.000 al año), accidente cerebrovascular o isquemia en miembros inferiores, llevando incluso a la muerte. "Los más comunes son los problemas coronarios. Afectan a millones de personas", dice el portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), el doctor Manuel Anguita.

Miguel Brito apunta que hay una falta de conciencia del riesgo que produce el colesterol por parte de los pacientes y médicos, y de adherencia al tratamiento al tratarse la hipercolesterolemia de una enfermedad crónica que no se nota, no duele y cuando da síntomas ya es tarde. "A diferencia de la hipertensión o la diabetes, los pacientes se toman menos en serio la elevación del colesterol", termina diciendo.

La hipercolesterolemia puede detectarse con un análisis de sangre. La causa más habitual de tener el colesterol alto es un estilo de vida poco saludable. Incluye hábitos alimenticios pocos saludables (por ejemplo, comer muchas grasas saturadas), falta de actividad física, fumar, estrés y beber demasiado alcohol. Además, "la toma de algunos fármacos (corticoides o diuréticos) puede elevar el colesterol mientras se toman", indica Brito. Otra causa es la genética. La hipercolesterolemia familiar es una afección hereditaria que provoca niveles muy altos de colesterol alto en la sangre.

Amplio abanico de tratamientos

La medicación no se prescribe a todos los pacientes. Asimismo, puede suceder que una persona necesite un fármaco o más. Va a depender de riesgo que tiene de sufrir un episodio cardiovascular. "A veces simplemente se recomienda un tipo de vida sana", afirma Manuel Anguita.

Las estatinas son la base del tratamiento. Hay de baja, media o alta potencia, con distintos porcentajes de reducción de LDL (desde un 30% a 50%). "Se llevan utilizando desde hace 40 años y aumentan la eliminación del colesterol en el hígado", explica el portavoz de la SEC.

Se han añadido al abanico otras moléculas como la ezetimiba. "Se usa normalmente junto a las estatinas cuando estas por si solas no alcanzan los niveles que el paciente necesita, o cuando no tolera las estatinas por sus efectos secundarios", apunta Anguita. También se utiliza el ácido bempedoico. Cabe decir que todas las mencionadas son orales.

Por otra parte, están los inyectables. Los inhibidores PCSK9 llevan al menos una década en las farmacias. Se administran al paciente cada 15 o 30 días y se utilizan siempre junto a las estatinas, según el doctor Anguita. Además, el año pasado aterrizó en el mercado inglisiran. "Es una medicación que tiene un radio de acción diferente. Se usa cada seis meses", indica. Va a usarse uno u otro dependiendo de las características del paciente y las preferencias del médico.

A lo largo de los años han cambiado las estrategias de tratamiento y los objetivos que se quieren alcanzar con ellas. "Hace diez años usábamos sobre todo estatinas de intensidad media o baja. Ahora ha habido un gran cambio en las guías clínicas, que siguen la evidencia demostrada en ensayos clínicos. Esa gran modificación aún no se ha producido en la práctica clínica habitual. Deberíamos estar usando estatinas de alta intensidad y combinaciones de fármacos para reducir más el LDL y alcanzar los objetivos", dice el adjunto del servicio de endocrinología.

¿Hacia dónde va la investigación?

Los científicos siguen desarrollando nuevos tratamientos para tratar el colesterol. Hoy en día, se están investigando nuevas moléculas e innovadoras dianas terapéuticas. "Las líneas más prometedoras se focalizan en la síntesis de la apolipoproteina apoB –una proteína presente en las partículas más aterogénicas– o contra la ANGPTL3 y apo", indica el doctor Brito. "Los abordajes son novedosos, no son fármacos sintéticos, se basan en oligonucleótidos antisentido o anticuerpos monoclonales", añade.

Además, "hay muchas terapias que usan la tecnología de las vacunas contra el Covid 19", explica el doctor Anguita. También "están en fase de investigación fármacos para reducir los niveles de la lipoproteína LPA", sigue diciendo.

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