
El paso del tiempo es inevitable, pero la manera en que envejecemos está cada vez más vinculada a nuestros hábitos diarios. Según distintos estudios médicos, dos factores tienen un peso especialmente relevante en cómo envejece nuestro cuerpo y nuestra mente: el descanso nocturno y la alimentación.
Dormir entre siete y nueve horas por noche no solo mejora el rendimiento cognitivo, sino que ayuda a frenar el envejecimiento celular. Durante el sueño profundo, el cuerpo activa procesos de reparación que afectan a todos los sistemas, desde el inmunológico hasta el neurológico. Según la Sociedad Española del Sueño, dormir mal de forma crónica se asocia a un aumento de enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo prematuro e incluso mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer.
En paralelo, la dieta también desempeña un papel crucial. Cada vez más expertos coinciden en que una alimentación rica en antioxidantes, omega-3 y fibra es clave para mantener una buena salud metabólica, prevenir enfermedades inflamatorias y proteger el cerebro. Frutas como los frutos rojos, verduras de hoja verde, legumbres, frutos secos o pescados azules son fundamentales. También lo son el aceite de oliva virgen extra y alimentos fermentados, que benefician la microbiota intestinal, directamente relacionada con la inmunidad y el estado anímico.
"Los dos factores más determinantes para un envejecimiento saludable son la calidad del sueño y la adherencia a una dieta de tipo mediterráneo", destaca el Dr. Francisco Camarelles, de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC). "Es incluso más importante que hacer ejercicio, aunque lo ideal es combinar los tres pilares", añade.
Además, tanto la falta de sueño como la dieta rica en ultraprocesados están relacionadas con el aumento del estrés oxidativo y la inflamación sistémica, dos mecanismos que aceleran el deterioro celular. Esta combinación puede alterar el equilibrio hormonal, dañar las neuronas y aumentar el riesgo de enfermedades como el alzhéimer o la diabetes tipo 2.
En un momento en el que cada vez se vive más tiempo, la clave está en vivir mejor. Incorporar rutinas sencillas como una cena ligera antes de las 20:30, limitar pantallas antes de dormir y priorizar alimentos frescos puede marcar la diferencia. Envejecer es natural, pero hacerlo con salud es una elección diaria.