
La urología, como bien todos sabemos, es la especialidad médico quirúrgica que se encarga de la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades morfológicas renales, de las estrechamente relacionadas con el aparato urinario y retro-peritoneo que afectan a ambos sexos, así como las enfermedades del aparato genital masculino, sin diferencia de edad.
A tener en cuenta
Como ámbito de actuación, contempla el riñón y una gran cantidad de sus estructuras adyacentes, las vías urinarias y el aparato genital masculino, atendiendo las disfunciones de los siguientes órganos y estructuras:
- Vejiga.
- Riñón.
- Glándula suprarrenal.
- Próstata.
- Pene.
- Escroto.
- Testículo.
- Epidídimo.
- Uréter.
- Vía seminal.
- Uretra.
- Estructuras del suelo pelviano.
La gran incógnita
Ahora bien, millones de españoles y españolas (sobre todo hombres) se preguntan cuando es recomendable acudir a un especialista en urología. Pues bien, el doctor Jorge García-Olaverri, urólogo y especialista en cirugía robótica Da Vinci del centro médico Quirónsalud Plaza Euskadi, ha despejado todas las dudas.
"Es aconsejable que todos los hombres se sometan a un chequeo urológico a partir de los 50 años, incluso si no se tienen síntomas, para detectar posibles problemas prostáticos, como el cáncer", ha señalado el experto en una entrevista con 'El Correo'.
A tener en cuenta
¿Y qué incluye este gran chequeo? Pues bien, una analítica de sangre, una ecografía y una flujometría. Todo ello, aunque ha generado cierto debate en las redes sociales (especialmente en 'X' -anteriormente Twitter-) permite descartar las patologías más comunes.
Hay una excepción. "En el caso de hombres con antecedentes familiares de cáncer de próstata, particularmente si tienen familiares directos (padre o hermano) afectados por la enfermedad, se recomienda realizar el chequeo a partir de los 40 o 45 años", ha puntualizado García-Olaverri.
En estos casos, cabe destacar, el riesgo de desarrollar cáncer de próstata aumenta considerablemente, y un diagnóstico precoz puede marcar la diferencia en el éxito del tratamiento.