
El Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha advertido este miércoles de las talalgias o dolor en el talón y retropié como una de las afecciones más comunes en la época estival debido al uso inadecuado del calzado, como los zuecos de resina o plástico o las chanclas. Los podólogos han compartido consejos para ayudar en la época estival a proteger la salud de los miembros inferiores, ya que son una de las partes "más expuestas" tanto por el tipo de calzado usado como por caminar más tiempo descalzos en lugares públicos como piscinas o playas.
Síntomas de la onicomicosis
Asimismo, han alertado de la importancia de revisar minuciosamente las uñas y valorar su estado y el de la piel y descartar que haya algún tipo de infección vírica o micosis que, además de requerir tratamiento, podrían ser causa de contagio para otros.
"Además, el podólogo realizará una exploración minuciosa al estado de la piel y las uñas, hará un corte y fresado de las uñas, retirará las callosidades que pueda haber y recomendará la hidratación más adecuada para el pie del paciente. Junto a esto, podremos indicar si las uñas están en buen estado para poder ser esmaltadas o si existe alguna contraindicación como pudiera ser una onicomicosis", ha detallado Jorge Escoto, podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV.
La onicomicosis es una infección fúngica que afecta a las uñas, principalmente de los pies, aunque también puede presentarse en las manos. Uno de los primeros síntomas es un cambio en el color de la uña, que suele tornarse blanca, amarillenta o marrón. A medida que la infección progresa, la uña puede volverse más gruesa, quebradiza o desmoronarse por los bordes. Además, puede haber un desprendimiento parcial o total de la uña del lecho ungueal, lo que se conoce como onicolisis.
Otro signo común es la deformación de la uña y un aspecto rugoso o irregular. Algunas personas también experimentan dolor, sensibilidad o molestias al caminar o usar calzado, sobre todo si la uña afectada se engrosa en exceso. En fases más avanzadas, puede aparecer mal olor debido a la acumulación de residuos bajo la uña. Aunque en muchos casos es una afección leve, conviene tratarla lo antes posible para evitar su propagación o complicaciones.
Posibles enfermedades
"Los podólogos también podremos recomendar el calzado que mejor se adapta a esa persona, tanto a su pie como al terreno por el que se vas a mover este verano, para que el calzado veraniego no termine desencadenando una lesión como pudiera ser la fascitis que es la inflamación más habitual en esta época del año", ha enfatizado Escoto.
El calzado debe llevar buena sujeción tanto en la zona del empeine como en el tobillo, tener una suela que sea antideslizante y amortigüe las irregularidades del terreno. Asimismo, recomiendan elegir calzado de verano confeccionado en materiales de origen natural, como la piel; evitar calzado tipo zuecos de resina, plástico o goma porque no permiten la transpirabilidad que los pies necesitan, aunque tenga perforaciones, por lo que aumenta la sudoración y con ello el riesgo de infecciones y el mal olor.
"La excesiva amplitud de los zuecos tampoco es adecuada, puesto que el pie se mueve de forma descontrolada y aumenta el riesgo de fricciones y ampollas. El diseño de estos modelos, como las chanclas de dedo, es solo para momentos determinados y lugares apropiados, no para que sean el calzado de diario", ha resaltado Escoto.
Por último, el ICOPCV ha indicado la importancia de secar muy bien el espacio interdigital, tras el baño para evitar que la humedad desemboque en hongos, e hidratarlos a diario, especialmente los talones, para que la piel esté flexible y evitar las dolorosas grietas.